"Creo que en cualquier época yo habría amado la libertad, pero en los tiempos que corren me inclino a adorarla" (Alexis de Tocqueville)

jueves, noviembre 17, 2005

José Luis y Mohamed, los adalides de la democracia

El iluminado de la Moncloa está en Marruecos para celebrar el 50 aniversario de la independencia del país. Allí ha hecho unas declaraciones alabando el afianzamiento de las libertades y la democracia en el país de Mohamed.


Este Rodríguez es insuperable, sus amigos de la Alianza de Civilizaciones se distinguen todos ellos por ser, como él mismo, gobernantes con firmísimos principios democráticos y, por supuesto, con mucho talante. El único problema es que lo que la mayor parte del mundo entiende por democracia y defensa de las libertades civiles es bastante diferente a lo que ZP y los aliancistas interpretan como tal.


Nuestro flamante presidente hace estas declaraciones con la actitud irresponsable y falaz que le caracteriza. El insiste en afirmar que el negro es blanco y se queda más ancho que largo. Si alguien pregunta por los periodistas españoles detenidos hace menos de una semana por cubrir las protestas del pueblo saharaui, responderá que no son más que fascistas, (los periodistas y también de paso los saharuis, que por usar la palabra no quede). Claro está que la libertad de prensa no es una de las libertades que a Rodríguez le interesan, ni a Mohamed, ni a Hugo, ni a Fidel.


Los marroquíes torturan y matan a los presos políticos en sus cárceles pero el derecho a la disidencia, a la libertad de expresión o en último extremo el derecho a la vida tampoco le importan demasiado a Mohamed, que ejemplo democrático. Y eso por no hablar de la cuestión migratoria, en la que los métodos inhumanos del Gobierno alauí han merecido la condena generalizada del mundo (ONU, Cruz Roja), al tiempo que el aplauso de Maria Teresa Fernández de la Vega. Y no nos olvidemos de la bravuconada de Perejil.


Las cosas cada vez están más claras. Uno tiende a juntarse con aquellos que tienen unos principios similares a los suyos. Y los miembros de la Alianza de Civilizaciones parecen cortados por el mismo patrón. Eso si, todos se declaran grandes demócratas. Recuerdan ustedes esa gran nación que durante algo más de 70 años perpetró innumerables crímenes? Pues en fin, si a Iosif Stalin alguien hubiera osado preguntarle no hubiera tenido el menor reparo en afirmar que la U.R.S.S era la más pura entre las democracias, una democracia con todas las de la ley . Su ley, por supuesto. Y Pravda, como su nombre indica, la verdad informativa. Lo que el gran dictador no tenía nada claro y los miembros de la Alianza tampoco es que la democracia sólo es si es para todos, piensen o no como tú y los derechos y las libertades, tres cuartos de lo mismo.


Sin embargo, una vez más nos vemos obligados a recordarle al señor que ocupa la Moncloa que la verdad no depende de sus cálculos, o de los del señor Polanco. Si buscan ustedes en estas direcciones http://www.worldaudit.org http://www.carleton.ca/cifp/rank.htm podrán observar varios datos interesantes y de lo más indicativos acerca de la verdadera calaña de los amiguitos del top model de Marie Claire. Si nos atenemos a los datos de World Audit, los 3 amigos de la nueva Expaña están en el cuarto de los grupos de la lista, es decir pertenecen a aquellos países en los que los indicadores democráticos están bajo mínimos, lo mismo opina esta organización de sus niveles de corrupción y de libertad de prensa. Sencillamente inaceptables.


Los datos ofrecidos por la universidad canadiense de Carleton no son mucho más benévolos con los miembros de la Alianza de Civilizaciones. Sus datos acerca de el grado de democracia, derechos civiles, libertad de prensa o niveles de corrupción no dejan en muy buen lugar a los nuevos aliados de nuestro país. Los datos de Carleton no han sido revisados últimamente, pero es seguro que en cuanto lo hagan la puntuación española en libertad de prensa decaerá, y es que en los países civilizados las amenazas de ministros a medios de comunicación resultan, cuando menos, chocantes. También es interesante observar el baremo de corrupción, que en España en el año 96 se situaba en un elevadísimo 6 y que en los años de Gobierno del Partido Popular fue descendiendo drásticamente hasta situar a España al nivel de los países civilizados y decentes. Esta calibración se para en el año 2000 pero a buen seguro que tras el asuntillo de La Caixa volvería a ascender unos cuantos puntos.


En fin, que esos son los amigos de España. Y uno podría continuar la frase con un "y con amigos así quien necesita enemigos". Pues el señor que ganó España en la rifa no contento con tener tan demócratas aliados se empeña en enemistarse con el mundo civilizado día a día. En cualquier momento se nos adhieren a la Alianza zapateril Irán, Sudán, Myanmar o la República del Congo, que en el universo del talante caben todos (los malos, of course). Sería bueno que el presidente del Desgobierno y su desatinado Ministro de Exteriores echaran un vistazo a documentos como estos antes de realizar declaraciones.

Y todos aquellos que pusieron el grito en el cielo ante la foto de las Azores que alcen ahora su voz ante las continuas muestras de afecto de ZP a los dictadores de repúblicas bananeras que desacreditan inevitablemente la imagen exterior de España.

A ustedes, gente de bien, saluditos simiescos.

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