Decenas de niños salvarán sus vidas esta semana.
Los matarifes de los abortorios se han puesto de huelga porque consideran que no poder asesinar a cambio de dinero impunemente a niños (hasta de ocho meses de gestación; sucedía en Barcelona) es "presionarlos". Terriblemente, añadiría yo.
Lo que no cuentan es que se calcula que algunos, como el detenido matarife Morín, se embolsan, gracias al negocio de la muerte, hasta 12 millones de euros por hacer lo que arriba en la foto podemos ver.
Confieso estar desolada. Ya podían ponerse de huelga ad eternum. Cientos, miles de bebés se lo agradecerían.
Y sus madres, que a Morín y a la secta progre les preocupan exactamente hasta el mismo segundo en que han pagado la factura, también.