Grass: ¿Por qué de repente un progre dice la verdad?
Vía P.I.
Llevaba yo días preguntándome a qué venía la confesión de penúltima hora de Günter Grass. Naturalmente, como soy una malpensada, se me había ocurrido que quizá lo contara él para así poder adornar la historia y hacerla más "romántica".
Y claro, ya lo dice el refrán: piensa mal y acertarás.
Y es que según ha publicado un medio alemán, Grass habría hecho pública su pertenencia al cuerpo de élite nazi (SS) adelantándose así a la revelación que pretendían hacer un grupo de historiadores, cuya fuentes serían los archivos históricos de las SS del Ministerio de Seguridad de la antigua Alemania democrática (o sea, la comunista).
Y, claro, Grass se tuvo que adelantar para contarnos milongas tipo "es que los nazis eran antiburgueses" o "perseguí una hepatitis por toda Alemania para quedarme en cama" o "me obligaron a enrolarme en las SS". (Harito decía que le habían obligado a adorar a Franco y escribir "Dies Irae". Y los memos tragan)
Mientras, el escándalo no cesa. El Consejo judío de Alemania ha criticado durísimamente a Grass; escritores alemanes como Hochhuth tienen claro que Grass ha quedado "moralmente desacreditado"; políticos de la CDU (Börnsen) le piden que devuelva todos los premios que ostenta si realmente siente remordimientos por haberse enrolado VOLUNTARIAMENTE en las SS; Lech Walesa (Premio Nobel) y el partido polaco PiS (centro-derecha) habían pedido retirarle la ciudadanía de honor polaca que ostenta y el gobierno polaco va a hacerlo. Y hasta alguno de la SPD (el partido de los amores de Grass -como andan recordando a todas horas ahora los Verdes-) se ha preguntado por qué el escritor alemán no había confesado antes su pasado.
El experto en NS Joachim Fest ha declarado que él ya no le compraría a Grass "ni un coche de segunda mano" y se ha preguntado cómo alguien puede tener el morro de haber estado presentándose durante 60 años como la mala conciencia de una nación -precisamente en asuntos relativos al nazismo- y ahora confesar que él perteneció a las SS.
En Checoslovaquia están discutiendo si retirarle el premio Karel-Capek.
Impresionante.
Llevaba yo días preguntándome a qué venía la confesión de penúltima hora de Günter Grass. Naturalmente, como soy una malpensada, se me había ocurrido que quizá lo contara él para así poder adornar la historia y hacerla más "romántica".
Y claro, ya lo dice el refrán: piensa mal y acertarás.
Y es que según ha publicado un medio alemán, Grass habría hecho pública su pertenencia al cuerpo de élite nazi (SS) adelantándose así a la revelación que pretendían hacer un grupo de historiadores, cuya fuentes serían los archivos históricos de las SS del Ministerio de Seguridad de la antigua Alemania democrática (o sea, la comunista).
Y, claro, Grass se tuvo que adelantar para contarnos milongas tipo "es que los nazis eran antiburgueses" o "perseguí una hepatitis por toda Alemania para quedarme en cama" o "me obligaron a enrolarme en las SS". (Harito decía que le habían obligado a adorar a Franco y escribir "Dies Irae". Y los memos tragan)
Mientras, el escándalo no cesa. El Consejo judío de Alemania ha criticado durísimamente a Grass; escritores alemanes como Hochhuth tienen claro que Grass ha quedado "moralmente desacreditado"; políticos de la CDU (Börnsen) le piden que devuelva todos los premios que ostenta si realmente siente remordimientos por haberse enrolado VOLUNTARIAMENTE en las SS; Lech Walesa (Premio Nobel) y el partido polaco PiS (centro-derecha) habían pedido retirarle la ciudadanía de honor polaca que ostenta y el gobierno polaco va a hacerlo. Y hasta alguno de la SPD (el partido de los amores de Grass -como andan recordando a todas horas ahora los Verdes-) se ha preguntado por qué el escritor alemán no había confesado antes su pasado.
El experto en NS Joachim Fest ha declarado que él ya no le compraría a Grass "ni un coche de segunda mano" y se ha preguntado cómo alguien puede tener el morro de haber estado presentándose durante 60 años como la mala conciencia de una nación -precisamente en asuntos relativos al nazismo- y ahora confesar que él perteneció a las SS.
En Checoslovaquia están discutiendo si retirarle el premio Karel-Capek.
Impresionante.