Discurso Mariano Rajoy
Gracias por la confianza. Llevo más de media vida dedicado a este partido. Más de media vida, que se dice pronto. Y he vivido momentos difíciles, momentos muy duros -otros que no lo fueron tanto- y algunos momentos muy felices, como todos los que estáis aquí. He aportado cuanto he podido y he recibido muchísimo, más de lo que aporté. Quiero profundamente a este partido y a todo lo que este partido significa. Y os digo desde lo más profundo de mi corazón que para mi es un gran honor ser el candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno de España en las elecciones generales. Un gran honor.
Acepto el reto, lo hago con la mayor ilusión y asumo la responsabilidad que conlleva. El único objetivo es ganar las elecciones y gobernar. Sólo me ocuparé de eso, me dedicaré en exclusiva a esta tarea, a ganar las elecciones generales. Todo lo demás ahora no me interesa. Exijo al PP que se dedique a este único objetivo. Les pido a todos el máximo esfuerzo, lo demás no nos importa. Pido sentido común y que todos nos ocupemos de poner los medios para alcanzar este único objetivo y todos tenemos la suficiente experiencia para saber qué conviene y qué no conviene.
Somos independientes y también lo hemos demostrado y yo me he encargado -porque era mi obligación hacerlo- en preservar la independencia de este partido desde que asumí la presidencia del mismo.
Tenemos los mejores equipos, quiero decir una cosa con meridiana claridad: mucho mejores equipos que nuestros adversarios políticos, mucho mejores. Puedo formar cincuenta Gobiernos infinitamente mejores que los que ha formado el señor Rodríguez Zapatero.
Y aprovecho esta ocasión para agradecer a mi equipo, y a todas las personas que me han acompañado desde que perdimos las elecciones en el año 2004, el extraordinario trabajo realizado, y me gustaría ver a muchos en esa situación. Somos un partido con una militancia ejemplar y somos un partido unido. Este ha sido siempre uno de nuestros grandes acervos y por eso pido, y tengo la obligación de pedir porque es lo que quiere todo el mundo, sentido común y atención a lo que importa. El objetivo es ganar, no hay otro, y el trabajo que vamos a hacer es para ganar.
Sólo quiero pactar, que quede claro, con los españoles. Haremos un programa para los españoles y para nadie más, sean partidos políticos o sean grupos de influencia. Haremos una campaña electoral para hablar con los españoles. Les diremos -y yo les diré- lo que pienso y lo que creo que conviene a España. Y les pediré su confianza para hacer aquello que necesita España, y para nada más.
Como ha dicho el secretario general, creo que debe gobernar quien gane las elecciones. El señor Rodríguez Zapatero ha dicho que no intentará formar Gobierno si no gana. Yo tampoco lo haré. En consecuencia, en España gobernará quien gane, como debe ser. Pero sí quiero decir que cuando formemos Gobierno intentaré recuperar los grandes consensos nacionales, los que hay en todos los países normales, los que hacen los partidos que son alternativa de Gobierno y representan a la mayoría.
Esos son los consensos nacionales y los que rompió por primera vez desde 1978 el señor Rodríguez Zapatero. Y son al menos cuatro: España y la estructura territorial del Estado, la lucha contra el terrorismo, la política exterior y la consolidación y modernización de nuestro sistema de protección social. Ese será uno de los primeros objetivos cuando lleguemos al Gobierno.
Estoy convencido de que todos vamos a hacer las cosas bien y estoy absolutamente convencido de que precisamente por eso vamos a ganar las elecciones generales.
En estos tres años largos, ya muy largos, desde marzo de 2004, hemos demostrado ser un gran partido, con una militancia de primera. Y lo voy a decir porque es verdad: con unos dirigentes que hemos estado a la altura de las circunstancias. Hemos trabajado en las condiciones más difíciles, con muy pocos apoyos hemos superado muchas dificultades, hemos ganado las últimas elecciones a las que fueron convocados los españoles, las municipales.
Por primera vez, desde el año 2000, hemos vuelto a ganar unas elecciones en las que todos los españoles pudieron opinar.
Hoy estamos aquí y nadie lo discute, y somos el Gobierno más probable para los próximos cuatro años, que nadie tenga la más mínima duda. El PSOE y sus medios afines -que están muy preocupados, insisto, muy preocupados- intentan crear un ambiente artificial para trasladar la sensación de que su victoria es irreversible. Apelan al pesimismo y a la resignación del PP. Diré una cosa: hoy perderían las elecciones. Las perderían como perdieron las elecciones municipales. No tienen nada nuevo que decir ni que ofrecer salvo ocurrencias electoralistas -que las habrá- muchas y a la desesperada. Intentarán disimular para tapar sus errores, culparán de todo al PP pero su credibilidad y su fiabilidad han terminado.
Queridos amigos, antes he dicho que el único objetivo era ganar las elecciones y gobernar España. Ahora diré más, creo que además de ser un objetivo el ganar las elecciones es una obligación para con los españoles. Lo que hemos vivido en España en estos cuatro años por fortuna es muy difícil que se vuelva a repetir. No se recuerda en España una etapa como ésta. Se ha jugado con lo esencial, con España. Se ha intentado aislar a la mitad de los españoles. Se han roto consensos básicos entre españoles, los que nos unían desde la aprobación de la Constitución. Se han creado problemas de manera artificial y se han desatendido los deseos, las inquietudes y las preocupaciones de las familias.
El señor Rodríguez Zapatero –voy a decir como siempre lo que pienso no tiene una idea de España, carece de un proyecto de España consistente. Para él la nación –lo ha dicho- “es un concepto discutido y discutible”. Cada uno puede plantear lo que quiera que él lo acepta según aproveche o no a sus intereses. Las transferencias de competencias se
hacen en función de que convenga o no aceptar las presiones o las peticiones de unos u otros, y la generalización de esos traspasos se hace en función de esos mismos criterios. Lo mismo sucede con las inversiones que recogen los Presupuestos Generales del Estado.
No hay en su discurso -y menos aún en sus hechos- una coherencia ni una lógica nacional. Para él España no es una realidad nacional histórica, es simplemente una realidad contable, un reparto de competencias y de transferencias según convenga a sus intereses. Y que esto afecte a la viabilidad del Estado o a la igualdad de los españoles no importa.
Lo que importa es lo que le convenga a él en cada momento concreto. Y os diré una cosa, la consecuencia de todo esto –y a ver quien lo discute- ha sido el incremento de las desigualdades entre españoles y la debilidad del Estado constitucional y de sus recursos.
Ha conseguido incluso algo sorprendente, ha provocado que unos militantes de su partido tengan que crear otra fuerza política para defender lo que hasta la llegada del señor Rodríguez Zapatero al Gobierno defendía el PSOE.
Amigas y amigos, la negociación con ETA ha sido el otro asunto que ha marcado esta legislatura. Sólo haré una consideración: cualquiera sabe que una organización terrorista no le puede ganar la batalla a una nación con más de cuarenta millones de habitantes. Puede hacer daño pero no puede lograr sus objetivos políticos. Sólo tiene una posibilidad de ganar, sólo una: que alguien acepte negociar sus objetivos políticos con ellos a cambio de que abandonen las armas, es su única esperanza. Y por eso en su día acordamos con el partido socialista que gobernase quien gobernase España no se negociaría con ETA. Eso significaba quitarle a ETA la esperanza de ganar.
El señor Rodríguez Zapatero rompió el acuerdo, su palabra y su firma, y el resultado es el conocido. La pregunta que cabe hacerse es en qué se han beneficiado los españoles de estas operaciones del señor Rodríguez Zapatero.
Yo celebro que ETA no haya tenido acierto ayer en Logroño, me alegro. Apoyaré al Gobierno para derrotar a ETA, no para negociar con ETA. Pero le pido que sea firme de verdad y le pido que defienda a los que han defendido la bandera de España y en particular a nuestros militantes del PP en el País Vasco y a Regina Otaola. Efectivamente, mi apoyo, mi admiración y mi cariño.
No quiero extenderme en exceso y por supuesto no voy a abordar el conjunto de la acción del Gobierno a lo largo de estos años, pero sí quisiera hacer un comentario sobre la situación económica.
España experimentó un gran salto adelante –nadie lo discute- entre los años 1996 a 2004. El Gobierno socialista recibió una extraordinaria herencia pero no hizo nada, lo suyo fue la política del ‘tancredismo’ y como todas las herencias que se despilfarran ésta está cerca de su final.
Hoy sigue habiendo algunas cifras macroeconómicas razonables pero hay dos problemas que son muy importantes: la competitividad de la economía -con un déficit exterior ciertamente notorio, el mayor de los países desarrollados- y el endeudamiento de las familias y de las empresas.
Hace no muchas horas, el señor Rodríguez Zapatero apareció en los medios de comunicación -en el lugar donde todos los presentes conocen y afirmó que la situación de la economía española era envidiable. Ahí vimos su verdadera talla: un presidente alejado de la realidad y absolutamente insensible a las preocupaciones de las familias españolas.
A lo que se ve, las dificultades de las familias para llegar a fin de mes, el aumento de los precios de los alimentos, la subida de las hipotecas, el precio de la vivienda, la situación de los ‘mileuristas’, la calidad del empleo o la cuantía de las pensiones son temas que no preocupan al señor Rodríguez Zapatero. Yo tengo que decir que a mi sí y que me ocuparé de ellos dentro de pocos meses.
Queridas amigas y amigos, con estos antecedentes es evidente que la única oferta electoral del señor Rodríguez Zapatero son cuatro años más de generación de problemas. Su balance es conocido: ha creado problemas donde no los había, ha dividido a los españoles, ha roto consensos básicos, ha dejado escapar cuatro años esenciales para preparar la economía española y competir en un mundo global, ha liquidado una gran herencia económica y ha generado incertidumbre y preocupación en las familias españolas.
Por eso os dije, y os vuelvo a decir, que tenemos la obligación de ganar y que pondré todo mi empeño y toda mi determinación para ganar las elecciones generales.
He dicho antes que ha habido dos asuntos que han marcado lo que ha sido esta legislatura: las ideas en fin, si se les puede llamar así- del señor Rodríguez Zapatero sobre España y la negociación con ETA.
Hoy quiero reivindicar lo mucho que ha hecho el PP en estos dos asuntos. Quiero reivindicarlo y manifestar mi orgullo por cómo hemos defendido nuestras posiciones a lo largo de estos años. Lo que ha ocurrido ha sido grave pero de no ser por el PP los daños hubieran sido mayores e irreversibles, y algunos deberían hacer una reflexión sobre lo que han dicho acerca de nuestras posiciones a lo largo de estos años.
Ahora, el señor Rodríguez Zapatero ha comenzado la ‘Operación disimulo’, que consiste en aparentar ser más españolista que nadie y el más duro y firme contra ETA. Pero no se puede engañar a todos durante mucho tiempo.
El tiempo de la credibilidad del señor Rodríguez Zapatero ha terminado y ahora, cuando llegan momentos de incertidumbre y cuando se avecina una etapa cargada de dificultades, se necesita gente seria, capaz y fiable para resolver los problemas que ya están ahí. Y lo que se necesita es el PP, que somos mucho mejores, tenemos equipos mucho mejores y hemos demostrado que sabemos gobernar con eficacia.
Tenemos principios y valores, conocemos cuáles son los desafíos a los que nos enfrentamos, sabemos cuáles son nuestros objetivos políticos y haremos el mejor programa de Gobierno que ningún partido político haya hecho en España desde 1977. A eso nos vamos a dedicar a lo largo de los próximos meses y yo les garantizo a los españoles que tendrán un programa de Gobierno como los españoles se merecen, ni más ni menos.
Se acabaron las chapuzas, las ocurrencias, las improvisaciones y los Gobiernos sin rumbo, el nuestro será un Gobierno como Dios manda.
Voy terminando. Gracias otra vez por la confianza. La acepto. Quiero ser presidente del Gobierno de España porque es mi país, porque quiero a España y porque siento a España. Y quiero ser el presidente para defender la España constitucional, la cohesión y la igualdad de los españoles. Para defender la libertad y para acabar con ETA y para ocuparme del bienestar de las familias españoles y de su seguridad.
Quiero ser el presidente del Gobierno de España y con vuestra ayuda lo voy a ser, y voy a poner fin a la etapa del señor Rodríguez Zapatero lisa y llanamente porque es lo que conviene a España.
España quiere saber a qué atenerse y que se lo diga una persona de la que se pueda fiar, por eso vamos a ganar. Vamos a ganar para devolver España a los españoles, para recuperar lo que se nos está hurtando, para aplicar el sentido común a nuestra manera de estar en nuestra propia casa, para proclamar que somos una nación, que en España no existe más que una familia nacional y que la formamos todos los españoles.
Vamos a ganar para defender, como dice la Constitución, que la soberanía pertenece a los españoles, no a estos ni aquellos ni a los de más allá sino a todos y a todos por igual. Vivan donde vivan, piensen como piensen, recen como recen, porque España es de todos y no esta o aquella España sino toda. Desde Melilla hasta Finisterre España es de todos.
Y es la España que amamos, la España de las autonomías no la España de las soberanías. Por eso y sólo por eso podemos decir que todos los españoles, todos, somos iguales en derechos y somos iguales ante la ley.
Y somos iguales porque por encima de ser gallegos, andaluces o murcianos somos españoles y eso es lo importante.
Y tenemos los mismos derechos porque somos españoles. Y somos solidarios, solidario viene de sólido y significa que formamos un cuerpo que comparte la existencia, y en el que nada de lo que ocurra a uno de sus miembros es indiferente para los demás lo quieran o no lo quieran.
Amigas y amigos, tened la absoluta seguridad, insisto, tened la absoluta seguridad de que vamos a ganar porque los españoles quieren recuperar lo que es suyo. Los españoles quieren que retornen los tiempos de sensatez, que cesen las aventuras, los experimentos y el caminar hacia atrás. Vamos a ganar porque los españoles quieren un Gobierno que se ocupe de los problemas reales, quieren un Gobierno sin hipotecas y que piense en España y en la nación española.
Gracias.
Vía BlogsProRajoy