Las libertades de ZP: vuelve la censura franquista.
En cualquier país en que haya una democracia, un Estado de Derecho y eso que llamamos libertad, no es necesario explicar que el cierre de cualquier medio de comunicación tiene que ser decretado por un Juez. Por el Poder Judicial. Que para eso existe desde Montesquieu, con permiso de Alfonso Guerra, la separación de poderes. Porque en las democracias Montesquieu no muere por mucho que los de la pesoe S.L. quieran asesinarlo.
En Cuba eso no sucede. En Cuba son los funcionarios al servicio del régimen asesino los que deciden qué se puede publicar y qué no. Quién puede acceder a Internet y quién no. A qué contenidos se puede acceder y a cuáles no. En Corea del Norte tres cuartos de lo mismo. En la URSS de Lenin o Stalin o en la Alemania de Hitler también sucedía esto. Con Franco la censura era incluso previa. Pinochet también era un censor. Siempre sucede con los socialistas.
Y es que cuando un dictadorzuelo bananero se hace, bien mediante un golpe de estado (llámese golpe o revolución -término aplicado a los golpes de estado cuando les molan a los de izquierdas-) o bien mediante las urnas, lo primero que intenta es doblegar a los medios de comunicación y cercenar la libertad de expresión de sus súbditos (para los dictadorzuelos no hay ciudadanos, sino súbditos. De ahí que quieran algunos inculcarles qué es ser un "buen ciudadano" -si son ciudadanos por el mero hecho de haber nacido (faltaría más) no hay nada que inculcar). Para doblegar la voluntad de los peor informados o menos formados. Para lo que popularmente se llama "comer el tarro", vamos. La propaganda.
Pues bien, en las democracias liberales existen unos mecanismos para que los ciudadanos controlen al gobierno, no para que el gobierno controle al ciudadano. Instituciones creadas con el fin de controlar a los políticos, no para que los políticos controlen a las personas. Y es que si no existen estos mecanismo de control sobre el gobierno, este tenderá a hacerse omnipotente y a convertirse en una vulgar DICTADURA. El resultado es un gobierno que en todo mete las narices, un gobierno que decide sobre la vida y muerte de las personas. Un gobierno que aniquila los derechos y libertades indivuales en nombre del colectivo o nomenklatura. Un gobierno de castas privilegiadas. Un gobierno que crea desigualdades. Un gobierno que en vez de ser controlado por los ciudadanos, los controla. Un gobierno socialista. Un Estado socialista.
Amaprándose en el rimbombante nombre de "Ley de Impulso de la Sociedad de la Información" -ya se sabe que los sociatas cuando hablan de paz es guerra, cuando hablan de libertad es esclavitud, cuando hablan de igualdad son privilegios para la nomenklatura- pretenden aprobar una totalitaria ley por la cual para cerrar cualquier web no hará falta orden judicial. Cualquier órgano administrativo podrá ordenar la clausura de una web porque no le guste.
Bienvenidos, pues, de nuevo a la España franquista. La España de ZP.
En Cuba eso no sucede. En Cuba son los funcionarios al servicio del régimen asesino los que deciden qué se puede publicar y qué no. Quién puede acceder a Internet y quién no. A qué contenidos se puede acceder y a cuáles no. En Corea del Norte tres cuartos de lo mismo. En la URSS de Lenin o Stalin o en la Alemania de Hitler también sucedía esto. Con Franco la censura era incluso previa. Pinochet también era un censor. Siempre sucede con los socialistas.
Y es que cuando un dictadorzuelo bananero se hace, bien mediante un golpe de estado (llámese golpe o revolución -término aplicado a los golpes de estado cuando les molan a los de izquierdas-) o bien mediante las urnas, lo primero que intenta es doblegar a los medios de comunicación y cercenar la libertad de expresión de sus súbditos (para los dictadorzuelos no hay ciudadanos, sino súbditos. De ahí que quieran algunos inculcarles qué es ser un "buen ciudadano" -si son ciudadanos por el mero hecho de haber nacido (faltaría más) no hay nada que inculcar). Para doblegar la voluntad de los peor informados o menos formados. Para lo que popularmente se llama "comer el tarro", vamos. La propaganda.
Pues bien, en las democracias liberales existen unos mecanismos para que los ciudadanos controlen al gobierno, no para que el gobierno controle al ciudadano. Instituciones creadas con el fin de controlar a los políticos, no para que los políticos controlen a las personas. Y es que si no existen estos mecanismo de control sobre el gobierno, este tenderá a hacerse omnipotente y a convertirse en una vulgar DICTADURA. El resultado es un gobierno que en todo mete las narices, un gobierno que decide sobre la vida y muerte de las personas. Un gobierno que aniquila los derechos y libertades indivuales en nombre del colectivo o nomenklatura. Un gobierno de castas privilegiadas. Un gobierno que crea desigualdades. Un gobierno que en vez de ser controlado por los ciudadanos, los controla. Un gobierno socialista. Un Estado socialista.
Amaprándose en el rimbombante nombre de "Ley de Impulso de la Sociedad de la Información" -ya se sabe que los sociatas cuando hablan de paz es guerra, cuando hablan de libertad es esclavitud, cuando hablan de igualdad son privilegios para la nomenklatura- pretenden aprobar una totalitaria ley por la cual para cerrar cualquier web no hará falta orden judicial. Cualquier órgano administrativo podrá ordenar la clausura de una web porque no le guste.
Bienvenidos, pues, de nuevo a la España franquista. La España de ZP.