El PSOE vota para que ETA siga sentada en los ayuntamientos, cobrando dinero de todos los contribuyentes (actualizado)
Intervención íntegra de Ignacio Astarloa ante el Congreso de los Diputados, el día en que se cumplen veinte años del terrible atentado terrorista de la Casa Cuartel de Zaragoza, en la que fueron asesinados hombres, mujeres y niños:
El pasado sábado, 1 de diciembre, ETA asesinó vilmente a los Guardias Civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, a los que mi Grupo quiere desde esta tribuna rendir homenaje y trasladar a sus familiares y a la Guardia Civil nuestra máxima solidaridad y cariño.
Ese mismo sábado, nos reunimos en el Congreso los Grupos parlamentarios para condenar juntos el crimen y convocar a toda la sociedad española a derrotar al terror.
Mucho me temo que el resto de los grupos, con el partido de Z a la cabeza, prefieran mirar hacia otro lado. Hacia el lado del "proceso" con la ETA. Espero equivocarme.
Actualización
Lamentablemente no me he equivocado. El PSOE junto a sus socios comunistas y nacionalistas ha vuelto a rechazar, una vez más, iniciar el proceso de ilegalización de los botones de la ETA. También ha votado en contra de que los delitos de terrorismo no prescriban.
El pasado sábado, 1 de diciembre, ETA asesinó vilmente a los Guardias Civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, a los que mi Grupo quiere desde esta tribuna rendir homenaje y trasladar a sus familiares y a la Guardia Civil nuestra máxima solidaridad y cariño.
Ese mismo sábado, nos reunimos en el Congreso los Grupos parlamentarios para condenar juntos el crimen y convocar a toda la sociedad española a derrotar al terror.
La unidad para derrotar a ETA es fundamental. Los ciudadanos lo saben y por esa razón la demandan. Pero también saben y demandan que la derrota de ETA no es una expresión meramente retórica vacía de contenido, un eslogan de ocasión o distracción, ni un lema para salir del paso en una convocatoria aislada en momentos de especial conmoción y tristeza.
La derrota de ETA es ni más ni menos que el principal objetivo que tiene nuestro Estado Constitucional y Democrático. Derrotar a ETA es lo contrario de negociar con ETA y exige medidas plenas de contenido, concretas y eficaces.
Sabemos cuales son porque muchas las hemos aplicado en el pasado con eficacia. Hace 4 años, unidos contra el terrorismo estábamos acabando con ETA, en el seno del Pacto Antiterrorista, con una política antiterrorista de firmeza sin resquicios en la persecución de los terroristas y de todo su complejo entramado de “brazos y aparatos”. La política que el Estado de Derecho ejecutaba, sin salirse un milímetro de la ley, asfixiando y acorralando a los pistoleros y a sus cómplices, llevándoles a la situación de mayor debilidad de su historia.
Por eso hoy, desde esta sede de la soberanía popular, como antes hemos hecho tantas veces en público y en privado, invitamos a todos a pasar de las palabras a los hechos y a concretar la unidad en la dirección inequívoca e inexorable de la derrota del terror.
Es, seguramente, Señorías, la última ocasión de esta Legislatura para que los terroristas reciban un mensaje inequívoco sobre lo que les espera. Un mensaje bien distinto al que han recibido hasta el día de hoy, durante estos tres años y medio. Aprovechémosla y dejemos claras para siempre, todos juntos algunas cosas muy elementales, que nunca debieron ponerse en cuestión:
- Que con los terroristas no se va a negociar nunca.
- Que los terroristas no pueden ser alcaldes, diputados, ni concejales, ni financiarse con los impuestos que pagamos todos.
- Que el camino de la derrota pasa por la aplicación implacable de la ley, por lo que, no sólo no se va a seguir acomodando la ley a las circunstancias de la negociación con el terror, sino que vamos a volver al camino de perfeccionar los mecanismos legales para cerrar cualquier espacio de impunidad o de ventaja.
Eso es lo que propicia esta proposición no de ley, con las enmiendas que hemos añadido a la misma, abriendo el camino unitario a la derrota efectiva de ETA con las medidas que requieren más urgente aplicación.
Mejoremos nuestra legislación, declarando la imprescriptibilidad de los delitos de terrorismo y evitando que el terrorista alimente su impunidad con la esperanza de que el paso del tiempo le permita eludir la acción de la justicia. Todo terrorista sabrá así que le llegará, sin excepción, su rendición de cuentas.
Clausuremos el tiempo de las “jugadas políticas” sobre partidos de terroristas medio legales y medio ilegales. El Fiscal y el Abogado del Estado deben poner hoy mismo sobre la mesa del Tribunal los abrumadores datos acumulados desde hace meses, años ya, sobre la fraudulenta continuidad de ETA-Batasuna por unos ANV y PCTV que no han condenado tampoco los dos últimos asesinatos, dada su condición de instrumento político del terror, y a los que se ha permitido volver a las instituciones.
Y, lo más importante, la clave de todo lo demás, lo que ha dado sentido a tanta cesión y tanto retroceso: revoquemos la autorización parlamentaria para negociar con los terroristas, aprobada, en mala hora, en 2005.
Con el cambio de la política antiterrorista de la derrota a la negociación, no hemos avanzado, ni podemos avanzar. Dijo el Presidente del Gobierno hace ahora casi un año que estábamos mejor con esa negociación y que mejor íbamos a estar. Estaba gravemente equivocado, como con tantos otros episodios que hemos vivido durante el fracasado proceso y que no quiero recordar ahora. Y ahora que los pistoleros nos amenazan con una nueva oleada de bombas y tiros en la nuca, es momento de clausurar lo que nunca debió abrirse.
Esta es, sencillamente, la última oportunidad para que el presidente Zapatero, su Gobierno y su mayoría cierren para siempre la puerta a la negociación con ETA.
Ir a unas elecciones con el Congreso de España manteniendo esa puerta abierta al diálogo con ETA sería el peor balance imaginable de esta Legislatura y una quiebra de lo que ha sido sustancial durante treinta años de democracia. Cerremos de una vez esa expectativa y dejemos nítidamente claro que con diálogo no hay derrota posible, mientras que sin diálogo, la derrota de ETA es segura.
La expectativa del diálogo mantiene viva la esperanza de los criminales de que obtendrán lo que persiguen y alimenta su perseverancia en el terror. Es la política de la derrota la que les anuncia su final. Es la hora de que, unidos contra esta pesadilla, la practiquemos todos juntos, sin dudas, rémoras, ni fisuras. Pongamos un final sensato a esta Legislatura tan poco sensata y dejemos establecida la certeza de que, gane quien gane las próximas elecciones, los terroristas no pueden esperar ninguna negociación sino la derrota definitiva del terror con las únicas armas de la ley, la libertad, la democracia y la justicia para las víctimas
La derrota de ETA es ni más ni menos que el principal objetivo que tiene nuestro Estado Constitucional y Democrático. Derrotar a ETA es lo contrario de negociar con ETA y exige medidas plenas de contenido, concretas y eficaces.
Sabemos cuales son porque muchas las hemos aplicado en el pasado con eficacia. Hace 4 años, unidos contra el terrorismo estábamos acabando con ETA, en el seno del Pacto Antiterrorista, con una política antiterrorista de firmeza sin resquicios en la persecución de los terroristas y de todo su complejo entramado de “brazos y aparatos”. La política que el Estado de Derecho ejecutaba, sin salirse un milímetro de la ley, asfixiando y acorralando a los pistoleros y a sus cómplices, llevándoles a la situación de mayor debilidad de su historia.
Por eso hoy, desde esta sede de la soberanía popular, como antes hemos hecho tantas veces en público y en privado, invitamos a todos a pasar de las palabras a los hechos y a concretar la unidad en la dirección inequívoca e inexorable de la derrota del terror.
Es, seguramente, Señorías, la última ocasión de esta Legislatura para que los terroristas reciban un mensaje inequívoco sobre lo que les espera. Un mensaje bien distinto al que han recibido hasta el día de hoy, durante estos tres años y medio. Aprovechémosla y dejemos claras para siempre, todos juntos algunas cosas muy elementales, que nunca debieron ponerse en cuestión:
- Que con los terroristas no se va a negociar nunca.
- Que los terroristas no pueden ser alcaldes, diputados, ni concejales, ni financiarse con los impuestos que pagamos todos.
- Que el camino de la derrota pasa por la aplicación implacable de la ley, por lo que, no sólo no se va a seguir acomodando la ley a las circunstancias de la negociación con el terror, sino que vamos a volver al camino de perfeccionar los mecanismos legales para cerrar cualquier espacio de impunidad o de ventaja.
Eso es lo que propicia esta proposición no de ley, con las enmiendas que hemos añadido a la misma, abriendo el camino unitario a la derrota efectiva de ETA con las medidas que requieren más urgente aplicación.
Mejoremos nuestra legislación, declarando la imprescriptibilidad de los delitos de terrorismo y evitando que el terrorista alimente su impunidad con la esperanza de que el paso del tiempo le permita eludir la acción de la justicia. Todo terrorista sabrá así que le llegará, sin excepción, su rendición de cuentas.
Clausuremos el tiempo de las “jugadas políticas” sobre partidos de terroristas medio legales y medio ilegales. El Fiscal y el Abogado del Estado deben poner hoy mismo sobre la mesa del Tribunal los abrumadores datos acumulados desde hace meses, años ya, sobre la fraudulenta continuidad de ETA-Batasuna por unos ANV y PCTV que no han condenado tampoco los dos últimos asesinatos, dada su condición de instrumento político del terror, y a los que se ha permitido volver a las instituciones.
Y, lo más importante, la clave de todo lo demás, lo que ha dado sentido a tanta cesión y tanto retroceso: revoquemos la autorización parlamentaria para negociar con los terroristas, aprobada, en mala hora, en 2005.
Con el cambio de la política antiterrorista de la derrota a la negociación, no hemos avanzado, ni podemos avanzar. Dijo el Presidente del Gobierno hace ahora casi un año que estábamos mejor con esa negociación y que mejor íbamos a estar. Estaba gravemente equivocado, como con tantos otros episodios que hemos vivido durante el fracasado proceso y que no quiero recordar ahora. Y ahora que los pistoleros nos amenazan con una nueva oleada de bombas y tiros en la nuca, es momento de clausurar lo que nunca debió abrirse.
Esta es, sencillamente, la última oportunidad para que el presidente Zapatero, su Gobierno y su mayoría cierren para siempre la puerta a la negociación con ETA.
Ir a unas elecciones con el Congreso de España manteniendo esa puerta abierta al diálogo con ETA sería el peor balance imaginable de esta Legislatura y una quiebra de lo que ha sido sustancial durante treinta años de democracia. Cerremos de una vez esa expectativa y dejemos nítidamente claro que con diálogo no hay derrota posible, mientras que sin diálogo, la derrota de ETA es segura.
La expectativa del diálogo mantiene viva la esperanza de los criminales de que obtendrán lo que persiguen y alimenta su perseverancia en el terror. Es la política de la derrota la que les anuncia su final. Es la hora de que, unidos contra esta pesadilla, la practiquemos todos juntos, sin dudas, rémoras, ni fisuras. Pongamos un final sensato a esta Legislatura tan poco sensata y dejemos establecida la certeza de que, gane quien gane las próximas elecciones, los terroristas no pueden esperar ninguna negociación sino la derrota definitiva del terror con las únicas armas de la ley, la libertad, la democracia y la justicia para las víctimas
Mucho me temo que el resto de los grupos, con el partido de Z a la cabeza, prefieran mirar hacia otro lado. Hacia el lado del "proceso" con la ETA. Espero equivocarme.
Actualización
Lamentablemente no me he equivocado. El PSOE junto a sus socios comunistas y nacionalistas ha vuelto a rechazar, una vez más, iniciar el proceso de ilegalización de los botones de la ETA. También ha votado en contra de que los delitos de terrorismo no prescriban.