"Creo que en cualquier época yo habría amado la libertad, pero en los tiempos que corren me inclino a adorarla" (Alexis de Tocqueville)

lunes, enero 03, 2005

De socialistas a nacional-socialistas

Que la “política” (si así se puede llamar, ya que la política es el arte de gobernar y este es el Gobierno del “buen rollito”) del Gobierno de la Nación Española es un desastre no es ninguna novedad.

Sin embargo, los efectos a largo plazo de algunas de las medidas “progresistas” de este Gobierno, tardarán un tiempo en hacerse notar, pero sus efectos son claramente previsibles: el fin del Estado del Bienestar.

Es el caso de la llamada “Cultura de la Muerte”, promovida por el Gobierno de ZP (aborto, eutanasia, destrucción de la familia tradicional, descivilización de España…). El efecto a medio y largo plazo será el dar por finiquitado el Estado del Bienestar que la socialdemocracia impuso a los europeos, como medida equidistante entre el comunismo liberticida y el liberalismo. Curiosa política proviniendo de quien se define como socialista.

Con una demografía en clara recesión (se calcula que dentro de 10 años la edad media de la población será de 60 años) y las políticas pro-abortistas, así como medidas como la equiparación de los matrimonios tradicionales con uniones de parejas homosexuales, a las que se garantizan derechos económicos y civiles, eutanasia activa y demás políticas contra la vida, la población española está condenada a ir envejeciendo y a que cada vez el índice demográfico sea más negativo. (http://www.galeon.com/razonespanola/r101-des.htm)

Y eso no lo soporta ningún Estado del Bienestar. Dentro de 10 años no habrá jóvenes que sostengan el invento franquista (en España la Seguridad Social, pese a lo que muchos creen, la introduce el antiliberal e intervencionista Francisco Franco Bahamonde en 1963 – ya existían precendentes de la época de Eduardo Dato y del año 1938-).

Proceso lógico por otro lado, pues con la caída del Muro de Berlín, cayó el socialismo y triunfó el liberalismo. Al ser el socialismo utopía y dogmatismo, perviven en las mentes de los ciudadanos tópicos que poco a poco van a ir desapareciendo, simplemente por ser grandes falacias.

Que el intervencionismo económico y las economías dirigidas empobrecen a las Naciones, es algo, afortunadamente, ya por todos sabido. Suecia, paradigma del Estado de Bienestar, está empezando a aplicar políticas liberales debido a la práctica quiebra en que se encuentra el Estado sueco. (Más información en http://www.liberalismo.org/articulo/163/74/ )

Es como un dominó. Caída la pieza principal, poco a poco irán cayendo todas las demás. Y con ellas, la socialdemocracia.

¿Es malo que caiga el Estado del Bienestar? Quien esto suscribe cree que es no sólo bueno, sino lo mejor que podía pasar. Con una sociedad aborregada, tumbada en el sofá viendo Crónicas Marcianas, esperando a que venga Papá Estado a solucionarle la vida vía subvención, quizá es el revulsivo necesario para que de nuevo se comiencen a premiar el esfuerzo y las capacidades individuales.

Al mismo tiempo parece que ZP se ha empeñado en acabar con el Estado, tal y cómo lo conocemos. Con sus continuas concesiones a quienes quieren acabar con el Estado-Nación más antiguo de Europa, con la pérdida de la vocación internacionalista del socialismo tradicional español, con su política del “talante –por detrás y por delante-”, el Partido Socialista es cada vez menos socialista y más nacional-socialista.

Tenemos sobre la mesa dos planes rupturistas: el Plan Ibarreche (sacado adelante gracias a la alianza del PNV, EA, IU y ETA-Batasuna en el Parlamento vasco) y el Plan Maragall. ¿Y qué hace ZP? Sonreir y talante.

Con ello desprecia directamente la democracia, ya que pretende que los españoles traguen con planes inconstitucionales, en clara quiebra del principio de igualdad ante la ley de todos los ciudadanos.

No sólo eso, sino que pretende que convertir un plan secesionista e ILEGAL en un problema político, otorgándole carta de naturaleza vía debate en el Congreso de los Diputados de la Nación, negándose a recurrir la norma ilegal ante el Tribunal Constitucional. El caso es hacerse la foto ¿verdad ZP? Lo demás no importa nada.

Aquí quien debería intervenir es el Poder Judicial. El Parlamento (legislativo) no es quién para determinar la legalidad o ilegalidad de una norma. Y eso nuestros queridos nacional-socialistas no lo saben o no lo quieren tener en cuenta. O simplemente les importa un bledo, porque ellos están en lo suyo: intentar sacar rédito electoral de todo, aun cuando vaya en contra de los intereses generales de España. O sea, empeñados en desgobernar y perpetuarse en el poder.

Aún nos queda la esperanza de que el único partido nacional que queda en España, que es el Partido Popular, haciendo uso del artículo 162 de la Constitución Española, recabe las 50 firmas de diputados y senadores necesarias para presentar ellos dicho recurso de inconstitucionalidad ante el TC.

La soberanía de la Nación Española, señor Presidente del Gobierno, reside en el Pueblo español. Como en toda Constitución democrática (salvo en la Constitución Europea, donde reside en los comedores particulares de la clase política nihilista que soportamos).

Claro, que ZP debe saber lo que es democracia, como sabe lo que es socialismo. O sea, Zero, Zapatero. ¡Que alguien se lo explique en dos tardes!

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