Periodistas analfabetos
Sorprende por su claridad, incluso simpleza, el artículo publicado ayer en The Wall Street Journal. Y sorprende porque los periodistas extranjeros ven (o quieren ver) con mucha mayor claridad que los voceros mediáticos lo que está sucediendo en España. "España balcánica" era el título. (Die Tageszeitung y la Frankfurter Allgemeine también vienen avisando hace tiempo)
En España, sin embargo, la gran mayoría de los que se autodenominan periodistas hablan de pactos, negociaciones y sirven fielmente a su amo, sea este de un signo político o de otro. Y todo ello en medio de patadas al diccionario y a la inteligencia más elemental.
Lo que sucede en España no sucedería en la mayoría de los países de las democracias occidentales. Recuerdo todavía la dimisión del director de la BBC por emitir noticias falsas sobre Irak, el desprestigio de la CBS y su presentador estrella, Dan Rather, por presentar documentos falsos sobre George W. Bush en plena campaña electoral...
En España parece ser que los periodistas están por encima de la ley, la moral y las buenas costumbres. Así, pueden inventarse noticias y no pasa nada. Manipular y no pasa nada. Y todo esto durante las 24 horas del día.
Sirva como ejemplo, por citar uno menos conocido que aquellos en los que están pensando por obvios, el locutor especialista en deportes (¡já!) de la Cadena SER que se inventó que los jugadores del Real Madrid estaban en una "discoteca con camas de la carretera de la Coruña", cuando en realidad estaban cenando tranquilamente en el Restaurante Ars Vivendi de Majadahonda (Madrid). "Estoy viendo entrar a Roberto Carlos..." y estaba en el Bernabeú.
¿Y los titulares? Recientemente El Periódico de Cataluña publicaba en portada, con motivo de las detenciones de terroristas del 11 de marzo, que "El tunecino de Túnez"... Tunecino nacido en Marruecos. Ya no saben ni lo que es un apodo. O eso, o ya no saben ni leer. Analfabetismo funcional, que se llama.
ABC publicaba un artículo sobre los villancicos navideños y su prohibición en guarderías catalanas y al redactor, producto seguro de la LOGSE, no se le ocurría más que escribir Billancicos (con B de burro).
Basta ver o escuchar infinidad de tertulias para percatarnos del bajísimo nivel cultural que tienen la mayoría de los voceros. Ni saben historia, ni saben geografía, ni saben política. Eso sí, de demagogia y agit prop, maestros.
Supongo que estarán cambiando sus llamados "Libros de estilo". Porque basta coger una información, por ejemplo, del Diario El País, para darnos cuenta que ni en la sección de televisión cumplen con las normas que ellos mismos se han autoimpuesto.
Y desgraciadamente, eso es lo que llega a la población. Desinformación a raudales. Incultura a mares.
Y ello por no hablar de los medios televisivos, en donde se ha instalado la ordinariez más absoluta, la incultura galopante y la estulticia elevada a nivel de dogma.
Así se manipula a la gente. Manual de estilo leninista. Al final "Nación" es sólo una palabra, que se lo oí a tal periodista en la tele...
Vamos, que los primeros que deberían reciclarse y abrazar la libertad y la democracia, y de paso estudiar un poco, son esos que se llaman periodistas. Que no son más que voceros al servicio de su amo (el de turno). Y que más que periodistas, deberían denominarse "pregoneros analfabetos".
Quizás ha llegado el momento de una revolución silenciosa por parte de quienes tenemos que tragarnos toda esta demagogia, manipulación, incultura y estulticia. Ha llegado el momento de exigir que la noble profesión del periodismo sea noble también en España. Y que estudien. Al menos, gramática.