Declaración institucional de Mariano Rajoy.
Declaración del presidente del PP, Mariano Rajoy, sobre el proceso de negociación con ETA
Estamos asistiendo a acontecimientos de la mayor gravedad, en relación con la lucha antiterrorista, que no avanza en la dirección que todos deseamos de la derrota del terrorismo de ETA.
Desde hace ya demasiado tiempo, el proceso que estamos viviendo es cualquier cosa menos lo que el presidente del Gobierno prometió a todos los españoles.
La banda terrorista no ha hecho gesto alguno que permita concluir su decisión de abandonar la violencia. Todo lo contrario, ha dicho en todo momento que no piensa abandonar las armas hasta que con una negociación política se le pague el precio por el que ha estado activa tantos años y hoy sigue estándolo. El terrorismo urbano y la extorsión no son cosa de cuatro incontrolados, sino una práctica habitual que sufrimos todos los días. Los actos cotidianos de Batasuna-ETA son un recordatorio diario de sus exigencias y sus amenazas, a veces con tiros de encapuchados, como hemos visto hace pocos días en Oyarzum.
La pasada semana ha sido un resumen más que elocuente de lo que está sucediendo. ETA se rearma con el robo masivo de 350 pistolas. La kale borroka no ha cesado, aunque el Fiscal General del Estado, generando una crisis gravísima y sin precedentes en la Fiscalía, haya propiciado que se rebaje de 96 a 4 años la petición de pena al asesino De Juana Chaos.
ETA se pavonea de haber conseguido el insospechado éxito de que Europa se haga eco de su deseo de internacionalizar lo que los terroristas llaman el conflicto político. Y toda la prensa se hace eco del clamor de que estamos a punto de que se constituya una mesa de negociación política para tratar los objetivos políticos de la banda. En estas condiciones, la contumacia del Presidente Zapatero en enmascarar la realidad y aceptar que lo que llama el proceso siga desarrollándose como si nada ocurriera, resulta temeraria, grave e inaceptable.
Es asombroso que el Presidente dijera el pasado 29 de junio, en un pasillo del Congreso, que consideraba verificado el cese de la violencia e iniciaba el diálogo. Ahora dice que va a verificar lo que ya tuvo por verificado. No tenía razón para ello entonces ni la tiene ahora.
Es tremendo que un Presidente del Gobierno diga que de De Juana Chaos que es un hombre que está por la paz, interfiriendo además el proceso judicial en el que ya su Fiscal ha cedido ante una huelga de hambre. Es tremendo que el Sr. Zapatero haya embarcado al Parlamento Europeo en una división sin precedentes de los europeos en la lucha contra el terrorismo, cosechando a la postre un fracaso que ha hecho reír, como nos lo han recordado, a mandíbula batiente a los partidarios del terror.
Es, en fin, de una gravedad insuperable, que el Presidente del Gobierno le señale a ETA los atajos que debe seguir para disponer de un nuevo partido, a despecho de la Ley. Y lo es también que consienta que los miembros de Batasuna anuncien a bombo y platillo que están próximos a constituir la mesa para la negociación política que ETA pone como condición inexcusable.
ETA avanza, y es duro decirlo, pero es verdad. Ha visto consumarse viejos sueños como la internacionalización de su macabra causa o la desarticulación del efectivo Estado de Derecho que le estaba llevando a la derrota final. Y ve cada vez más próximos sus objetivos de negociar políticamente con el Estado. Nunca pudo imaginar que un Presidente del Gobierno de España les aproximaría tanto a la deseada legitimación de décadas de terror y les convertiría en protagonistas del futuro del País Vasco y de España.
Y ETA se prepara por si esa negociación no resulta de todo de su agrado. Como, según ya ha explicado, considera que la tregua es reversible en cualquier momento. Y por eso, se reconstituye y se rearma. Dispone del tiempo que necesita para salir del acoso al que estaba sometida.
Por todo ello, no cabe que el presidente del Gobierno continúe dando pasos hacia el abismo, con la mirada perdida hacia otro lado, como si estuviese prisionero de un proceso que sólo él ha generado pero que ya no controla.
Tiene todo nuestro apoyo para rectificar de inmediato. Para sacar la única consecuencia posible del actual desafío: perseguir a ETA antes de que use las armas que acaba de robar. Debe anunciar que cesa la negociación secreta que mantiene con Batasuna-ETA para hablar del precio político.
Debe dejar claro ante los españoles que no va ceder aún más en el debilitamiento de nuestros Policías y de nuestros Jueces. Debe recordar que algún día dijo que primero era la paz y luego lo demás y no al revés. El Sr. Rodríguez Zapatero no tiene, a día de hoy, cheque en blanco alguno de la sociedad española. No caben ya más cesiones ni más improvisaciones ni más disimulos. No cabe seguir ofendiendo a las víctimas.
Exigimos al presidente del Gobierno que comparezca de forma inmediata y, si es preciso, extraordinaria en el Pleno del Congreso de los Diputados. Hoy mismo lo vamos a solicitar en el Registro de la Cámara. Que explique lo que hasta ahora no ha querido explicar en sede parlamentaria. Que cuente porqué está vulnerando la Resolución que él mismo obligó a aprobar a la Cámara.
Y que, en esa misma sesión, traslade a los terroristas que jamás conseguirán sus objetivos, por mucho que ahora parezca lo contrario.
Es la hora de dar cuentas y de rectificar. Y de hacerlo públicamente, sin más engaños ni ocultaciones. Volviendo a la transparencia que nunca debió romper, a la responsabilidad del gobernante democrático y al pacto que anhela toda la sociedad española.
Es tiempo de dejar de perder el respeto a las instituciones y es tiempo también de abandonar la condescendencia con los criminales.
Desde el Partido Popular ya adelantamos que así lo haremos. Porque si hay algo que todos los españoles pueden tener claro es que no vamos a propiciar ni un paso atrás en la lucha de nuestra Democracia y nuestro Estado de Derecho hasta que derrote al terrorismo. No vamos a avalar ni a asumir ningún acuerdo de mesa política alguna que pague a los terroristas el precio que exigen para dejar de matarnos.
Sencillamente, no es posible, no es admisible. Nadie lo ha hecho nunca y ningún estado democrático podría explicarle al conjunto de sus ciudadanos y ningún Gobierno a sus compatriotas que iba a ceder a una organización terrorista, a sus objetivos, para que dejase de matar. No es posible. Y al menos, nosotros no lo vamos a hacer.