La fuerza de los débiles
Hubo un tiempo, largo, en el que en los lugares de trabajo, en la calle, en la peluquería hablaban unos. Lo hacían bien alto, orgullosos, convencidos de que una superioridad moral les amparaba. Ellos habían traído el progreso y la modernidad al mundo. Conceptos como paz y fraternidad les pertenecían en exclusiva. Se olvidaban, obviamente, de citar los millones y millones de muertos que su ideología había dejado en el camino. Callaban el sufrimiento y la miseria, las torturas y el terror de las dictaduras que el socialismo había engendrado y que, aun hoy, existen en algunos lugares. No eran sino cifras incómodas, obstáculos en el camino, pequeños errores de individuos que su memoria selectiva les hacia olvidar, omitir y lo que es mas terrible, justificar. Porque la izquierda progresista, pacifista y fraternal siempre tuvo muy clara la máxima de que el fin justifica los medios
En un principio, parte de esa izquierda consiguió hacer una combinación magistral de silencio y propaganda. Silenciaban todos los elementos que les pertubaran, no importaba cuantos y, al tiempo, construyeron la enorme mascarada según la cual en los lugares que ellos gobernaban se vivía una situación idílica en la que la ciencia avanzaba y los individuos eran libres de verdad, protegidos por el Padre Estado que les proporcionaba una vida placentera y superior. Pero llegó el momento en que la verdad se fue abriendo paso. Hombres valientes a los que el terror no consiguió callar, aunque muchos murieran en el camino y que consiguieron derribar el muro y enseñar al mundo lo que el socialismo les había hecho y lo que sigue haciendo en aquellos lugares en que los dictadores se niegan a ceder paso a la libertad.
Cuando se les acabó el chollo del silencio, decidieron refugiarse en el segundo elemento que tan bien habían conseguido desarrollar : la propaganda. Siempre se puede maquillar la realidad, mentir y sobre todo acusar al contrario de todos los males del mundo, obviando los "errores" del pasado. Lo hecho, hecho está.
En España a fuerza de maquillar, falsear, mentir y acusar se llegó al punto en que solo unos hablaron, y los otros callaron. Por complejo, por miedo, por cobardía....la cuestión es que parecía que no se podía decir en alto lo que uno pensaba no te fueran a tachar de fascista,franquista, golpista, retrógrado, cavernario y hasta de asesino. Nos acostumbramos a que la política era algo a tratar sólo en casa, o con amigos muy íntimos y así nos escondíamos y nos protegíamos.
Los terroristas asesinaban y las víctimas poco menos que tenían que esconderse. Total eran militares y ya se sabia que los militares eran seres abyectos que a fin de cuentas, algo habrían hecho. Miles de personas tuvieron que huir de sus casas, dejar su tierra y lo más triste de todo, hacerlo en silencio. Fueron años terribles, en los que una gran parte de la izquierda, de sus ideólogos, miraban con simpatía a los pistoleros que al fin y la postre, eran hermanos en la clandestinidad.
Luego la cosa empezó a cambiar, ETA ya no mataba sólo a guardias civiles y policías nacionales, los políticos ya no estaban a salvo, los socialistas tampoco y muchos se dieron cuenta de que había que acabar con el terrorismo. El Gobierno socialista de aquellos años, el de la corrupción desenfrenada, puso en marcha un plan chapucero en el que se pagaba a los pistoleros con la misma moneda.
El terrorismo de Estado sustituyó a la legalidad y nacio el GAL, poniendo de manifiesto que al socialismo de Gonzalez, igual que al de Pablo Iglesias, le importaban muy poco ni la ley , ni el honor. Tanto escándalo propició la caída del socialismo, con algunos de sus miembros en la cárcel y la mayoría con su patrimonio bien engordado y su sillón de diputado asegurado.
Llegó el Partido Popular y consiguió poner entre la espada y la pared a ETA. Los pistoleros estaban más débiles que nunca. Se hicieron contactos y hubo acercamiento de presos, pero se tenía claro que no se pagaría a los asesinos precios políticos. Las víctimas se sentian arropadas por un Gobierno que tenia muy claro que el terrorismo tenía que acabar sin concesiones sustanciales.
La propaganda socialista no paró de funcionar en esos años, de leal oposición". Se apoyaba al Gobierno públicamente en su actuación en contra de ETA, mientras que por la espalda se hacian reuniones secretas con los asesinos. Se explotó hasta la saciedad el accidente del Prestige, se mintió acerca de la participación española en Irak y, por último, 192 muertos pusieron en bandeja de plata la victoria a los socialistas. Se repitió hasta la saciedad que la culpa era del Partido Popular.
En dos días a media España nos convirtieron en asesinos llegó Rodríguez y en menos de tres años consiguió dinamitar el país. A cambio de continuar siendo presidente vendió España. Atacó a la familia, al poder judicial, a la libertad de prensa. Pretende imponernos una educacion de adoctrinamiento para nuestros hijos. Reavivó unos odios olvidados hacia muchos anhos por los españoles con una Memoria histérica y mentirosa que convertía a Carrillo en héroe nacional, con doctorado honoris causa de por medio y acusaba de asesina a toda la derecha a la que culpabilizaba de todos los males pasados, presentes y futuros de España. Pactó con los ultranacionalistas catalanes unas medidas discriminatorias para el resto de los españoles, dando alas a su afán de independencia.
Emprendió un plan suicida, consistente en hacer cesiones a los pistoleros y lo bautizó como proceso de paz". Para ello había que mentir. Las víctimas pasaron a ser obstáculos a los que había que marginar y vilipendiar.Se convirtieron en elementos desestabilizadores, cegados por la venganza y sedientos de sangre que no tenían ningún derecho a mostrar su indignación ante los "planes pacificadores" del Gobierno. Otegui se convirtio en un respetable interlocutor. Los asesinos como de Juana Chaos pasaron a ser personas "por la paz" que a cambio de chantajes obtienen reducciones de pena. Se llevó a los asesinos a Bruselas mientras se ignoraba a sus víctimas
Pero algo asombroso pasó. Los "otros" decidimos que ya estaba bien de silencio. Que queriamos defender nuestros derechos. Y en el trabajo empezó a oirse la voz de los disidentes que, asombrados, vieron como otras muchas voces se alzaban con las suyas. Y los medios de comunicación proscritos cada vez tenían más seguidores. Y en internet se empezó a escribir y descubrimos que somos millones e hicimos amigos sin siquiera conocernos, hermanados por nuestras ideas y la defensa de nuestros derechos. Y la gente salió a la calle a gritar bien alto que ningún presidente mentiroso y autoritario conseguirá achantarnos. Y las banderas de España salieron a la calle, sin vergüenza porque estamos orgullosos de ser españoles.Y adornaron pulseras y camisetas y paraguas bajo una lluvia que tampoco frena a los que claman por la justicia.
Y las víctimas aprendieron a ir con la cabeza bien alta, con el orgullo de quien sabe que la razón y la Verdad están de su lado, por mucho que políticos miserables se empeñen en enfangarles y periodistas serviles les ayuden en su labor. Desde el lado de la izquierda sólo quedan la mentira y la manipulación en lo que se ha convertido una huída hacia delante. El acorralamiento y el insulto hacia los que osan llevarles la contraria se lleva a cabo de forma demencial, afectando tambien a quienes se atreven a disentir entre sus propias filas.
Sin embargo, por mucho que mientan, por mucho que digan que sólo cuatro gatos fascistas y vengativos salen a la calle no cambia verdad y deben estar más que preocupados porque Rodríguez ha conseguido unirnos como nadie lo consiguió antes. Rodriguez ha conseguido que salgamos de nuestro letargo. Ha hecho que no nos avergoncemos más de lo que somos y lo que creemos y que seamos capaces de gritarlo bien alto. A fuerza de querer silenciarnos Rodríguez ha conseguido que nuestras voces estén unidas y hacernos mucho más fuertes.
En un principio, parte de esa izquierda consiguió hacer una combinación magistral de silencio y propaganda. Silenciaban todos los elementos que les pertubaran, no importaba cuantos y, al tiempo, construyeron la enorme mascarada según la cual en los lugares que ellos gobernaban se vivía una situación idílica en la que la ciencia avanzaba y los individuos eran libres de verdad, protegidos por el Padre Estado que les proporcionaba una vida placentera y superior. Pero llegó el momento en que la verdad se fue abriendo paso. Hombres valientes a los que el terror no consiguió callar, aunque muchos murieran en el camino y que consiguieron derribar el muro y enseñar al mundo lo que el socialismo les había hecho y lo que sigue haciendo en aquellos lugares en que los dictadores se niegan a ceder paso a la libertad.
Cuando se les acabó el chollo del silencio, decidieron refugiarse en el segundo elemento que tan bien habían conseguido desarrollar : la propaganda. Siempre se puede maquillar la realidad, mentir y sobre todo acusar al contrario de todos los males del mundo, obviando los "errores" del pasado. Lo hecho, hecho está.
En España a fuerza de maquillar, falsear, mentir y acusar se llegó al punto en que solo unos hablaron, y los otros callaron. Por complejo, por miedo, por cobardía....la cuestión es que parecía que no se podía decir en alto lo que uno pensaba no te fueran a tachar de fascista,franquista, golpista, retrógrado, cavernario y hasta de asesino. Nos acostumbramos a que la política era algo a tratar sólo en casa, o con amigos muy íntimos y así nos escondíamos y nos protegíamos.
Los terroristas asesinaban y las víctimas poco menos que tenían que esconderse. Total eran militares y ya se sabia que los militares eran seres abyectos que a fin de cuentas, algo habrían hecho. Miles de personas tuvieron que huir de sus casas, dejar su tierra y lo más triste de todo, hacerlo en silencio. Fueron años terribles, en los que una gran parte de la izquierda, de sus ideólogos, miraban con simpatía a los pistoleros que al fin y la postre, eran hermanos en la clandestinidad.
Luego la cosa empezó a cambiar, ETA ya no mataba sólo a guardias civiles y policías nacionales, los políticos ya no estaban a salvo, los socialistas tampoco y muchos se dieron cuenta de que había que acabar con el terrorismo. El Gobierno socialista de aquellos años, el de la corrupción desenfrenada, puso en marcha un plan chapucero en el que se pagaba a los pistoleros con la misma moneda.
El terrorismo de Estado sustituyó a la legalidad y nacio el GAL, poniendo de manifiesto que al socialismo de Gonzalez, igual que al de Pablo Iglesias, le importaban muy poco ni la ley , ni el honor. Tanto escándalo propició la caída del socialismo, con algunos de sus miembros en la cárcel y la mayoría con su patrimonio bien engordado y su sillón de diputado asegurado.
Llegó el Partido Popular y consiguió poner entre la espada y la pared a ETA. Los pistoleros estaban más débiles que nunca. Se hicieron contactos y hubo acercamiento de presos, pero se tenía claro que no se pagaría a los asesinos precios políticos. Las víctimas se sentian arropadas por un Gobierno que tenia muy claro que el terrorismo tenía que acabar sin concesiones sustanciales.
La propaganda socialista no paró de funcionar en esos años, de leal oposición". Se apoyaba al Gobierno públicamente en su actuación en contra de ETA, mientras que por la espalda se hacian reuniones secretas con los asesinos. Se explotó hasta la saciedad el accidente del Prestige, se mintió acerca de la participación española en Irak y, por último, 192 muertos pusieron en bandeja de plata la victoria a los socialistas. Se repitió hasta la saciedad que la culpa era del Partido Popular.
En dos días a media España nos convirtieron en asesinos llegó Rodríguez y en menos de tres años consiguió dinamitar el país. A cambio de continuar siendo presidente vendió España. Atacó a la familia, al poder judicial, a la libertad de prensa. Pretende imponernos una educacion de adoctrinamiento para nuestros hijos. Reavivó unos odios olvidados hacia muchos anhos por los españoles con una Memoria histérica y mentirosa que convertía a Carrillo en héroe nacional, con doctorado honoris causa de por medio y acusaba de asesina a toda la derecha a la que culpabilizaba de todos los males pasados, presentes y futuros de España. Pactó con los ultranacionalistas catalanes unas medidas discriminatorias para el resto de los españoles, dando alas a su afán de independencia.
Emprendió un plan suicida, consistente en hacer cesiones a los pistoleros y lo bautizó como proceso de paz". Para ello había que mentir. Las víctimas pasaron a ser obstáculos a los que había que marginar y vilipendiar.Se convirtieron en elementos desestabilizadores, cegados por la venganza y sedientos de sangre que no tenían ningún derecho a mostrar su indignación ante los "planes pacificadores" del Gobierno. Otegui se convirtio en un respetable interlocutor. Los asesinos como de Juana Chaos pasaron a ser personas "por la paz" que a cambio de chantajes obtienen reducciones de pena. Se llevó a los asesinos a Bruselas mientras se ignoraba a sus víctimas
Pero algo asombroso pasó. Los "otros" decidimos que ya estaba bien de silencio. Que queriamos defender nuestros derechos. Y en el trabajo empezó a oirse la voz de los disidentes que, asombrados, vieron como otras muchas voces se alzaban con las suyas. Y los medios de comunicación proscritos cada vez tenían más seguidores. Y en internet se empezó a escribir y descubrimos que somos millones e hicimos amigos sin siquiera conocernos, hermanados por nuestras ideas y la defensa de nuestros derechos. Y la gente salió a la calle a gritar bien alto que ningún presidente mentiroso y autoritario conseguirá achantarnos. Y las banderas de España salieron a la calle, sin vergüenza porque estamos orgullosos de ser españoles.Y adornaron pulseras y camisetas y paraguas bajo una lluvia que tampoco frena a los que claman por la justicia.
Y las víctimas aprendieron a ir con la cabeza bien alta, con el orgullo de quien sabe que la razón y la Verdad están de su lado, por mucho que políticos miserables se empeñen en enfangarles y periodistas serviles les ayuden en su labor. Desde el lado de la izquierda sólo quedan la mentira y la manipulación en lo que se ha convertido una huída hacia delante. El acorralamiento y el insulto hacia los que osan llevarles la contraria se lleva a cabo de forma demencial, afectando tambien a quienes se atreven a disentir entre sus propias filas.
Sin embargo, por mucho que mientan, por mucho que digan que sólo cuatro gatos fascistas y vengativos salen a la calle no cambia verdad y deben estar más que preocupados porque Rodríguez ha conseguido unirnos como nadie lo consiguió antes. Rodriguez ha conseguido que salgamos de nuestro letargo. Ha hecho que no nos avergoncemos más de lo que somos y lo que creemos y que seamos capaces de gritarlo bien alto. A fuerza de querer silenciarnos Rodríguez ha conseguido que nuestras voces estén unidas y hacernos mucho más fuertes.