Pasión por la Libertad
Hoy tendrán lugar en Madrid dos importantes actos:
Por un lado, la presentación del libro del periodista y columnista del diario "El Confidencial" Federico Quevedo "Pasión por la libertad. El pensamiento político de Adolfo Suárez". La presentación del mismo correrá a cargo del Presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy.
El acto tendrá lugar en el Auditorio de la Mutua Madrileña Automovilística (Paseo de la Castellana, 33) a las 19:00 horas. La entrada será libre hasta completar el aforo.
Por otro lado, un grupo de importantes personalidades vinculadas históricamente al PSOE como Enrique Múgica, Juan Barranco, Julián García Vargas o Nicolás Redondo, denunciarán hoy en el Círculo de Bellas Artes a las 19:30 horas, a través de un manifiesto el "discurso antijudío, antisemita y antiisraelí" de la izquierda española.
Los firmantes del manifiesto declaran rechazar "tanto el legado intelectual soviético como el utilitarismo político de la extrema derecha" así como buscar "usar los rigurosos instrumentos del pensamiento crítico en defensa de los valores occidentales de libertad, igualdad, justicia y fraternidad" y denuncian que son "miles de hombres y mujeres de izquierdas que asistimos con tristeza a los reiterados ataques políticos, intelectuales y periodísticos contra Israel".
¡Qué falta hacía! ¡Chapó!
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El Manifiesto
Para adherirse al mismo: pincha aquí (Correo electrónico)
Actualización
Hasta los Huevos nos cuenta con pelos y señales lo que está tramando perpetrar la izquierda radical. Leedlo y pasadlo.
Actualización 23/04/2007
Artículo de Federico Jiménez Losantos en sus "Comentarios liberales" en El Mundo:
Progres antisemitas
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Un grupo de destacados militantes del PSOE de muy diversas tendencias -desde Enrique Múgica a José Acosta, desde Redondo Terreros a Barranco o García Vargas- ha promovido un manifiesto contra el antijudaísmo, el antisemitismo y el odio al Estado de Israel que se ha impuesto de forma devastadora y apabullante en la izquierda española.
En efecto, la izquierda socialdemócrata era más bien projudía desde la Segunda Guerra Mundial, y el único rasgo prooccidental de la progresía de Nueva York o Buenos Aires, las dos ciudades más hebreas de América, es que, por regla general, ambas son favorables a la defensa de Israel frente a los países musulmanes que buscan cómo arrojar a los judíos al mar desde la creación del Estado israelí. Al mar de los judíos, conviene recordar, porque aquel solar fue judío y luego romano durante siglos, antes de que a Mahoma se le ocurriera fundar la religión de la sumisión a Alá, que eso significa islam.
En el comunismo, o los comunismos, había diversas tendencias: el antisemitismo ruso tradicional era evidente en la URSS, y los soviéticos apoyaron a todos los países y todos los movimientos que querían destruir Israel, del mismo modo que EEUU defendía su supervivencia. Pero ha sido después del 68 cuando la admiración por el colectivismo de los kibbutzin -tan detestable como demostró la admirable pero progre Batya Gur en Muerte en el kibbutz- cedió ante la fascinación por el terrorismo que dura hasta hoy.
No hay que decir que, desde el 11-S, Bin Laden se ha convertido en un ídolo de la izquierda descerebrada y antisemita a la que estos dirigentes socialistas tratan de combatir. Si de paso criticaran la islamización o sumisión de una presentadora de TVE ante el peor de los antisemitas actuales, el iraní Ahmadineyad, mejor. Y más aún si añaden a la crítica del velo primavera-verano de la Alianza de Civilizaciones el discurso antisemita de Musharraf ante el Rey. No sé qué me gusta menos: Islamabad o Teherán.
Lo malo de este grupo de la izquierda civilizada es que hasta para defender una causa tan noble se ve en la obligación de hacer guiños innobles. Tras pedir que la izquierda salga del lodazal antisemita en que chapotea satisfecha, carga contra la derecha: «La bandera de la causa de Israel no puede quedar sólo en manos de quienes desde la derecha española pretenden ostentar la exclusividad en su defensa». ¿Quién ha pretendido esa exclusividad tan poco rentable? Me recuerdan las críticas del PSOE a la exhibición de la bandera nacional en las manifestaciones del PP. ¿Por qué no la usa el PSOE? Y si la defensa de Israel está, como dicen, al margen de ser de derechas o de izquierdas, ¿por qué ellos se inclinan ritualmente en dirección a la meca-checa progre?
Por un lado, la presentación del libro del periodista y columnista del diario "El Confidencial" Federico Quevedo "Pasión por la libertad. El pensamiento político de Adolfo Suárez". La presentación del mismo correrá a cargo del Presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy.
El acto tendrá lugar en el Auditorio de la Mutua Madrileña Automovilística (Paseo de la Castellana, 33) a las 19:00 horas. La entrada será libre hasta completar el aforo.
Por otro lado, un grupo de importantes personalidades vinculadas históricamente al PSOE como Enrique Múgica, Juan Barranco, Julián García Vargas o Nicolás Redondo, denunciarán hoy en el Círculo de Bellas Artes a las 19:30 horas, a través de un manifiesto el "discurso antijudío, antisemita y antiisraelí" de la izquierda española.
Los firmantes del manifiesto declaran rechazar "tanto el legado intelectual soviético como el utilitarismo político de la extrema derecha" así como buscar "usar los rigurosos instrumentos del pensamiento crítico en defensa de los valores occidentales de libertad, igualdad, justicia y fraternidad" y denuncian que son "miles de hombres y mujeres de izquierdas que asistimos con tristeza a los reiterados ataques políticos, intelectuales y periodísticos contra Israel".
¡Qué falta hacía! ¡Chapó!
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Hasta los Huevos nos cuenta con pelos y señales lo que está tramando perpetrar la izquierda radical. Leedlo y pasadlo.
Actualización 23/04/2007
Artículo de Federico Jiménez Losantos en sus "Comentarios liberales" en El Mundo:
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Un grupo de destacados militantes del PSOE de muy diversas tendencias -desde Enrique Múgica a José Acosta, desde Redondo Terreros a Barranco o García Vargas- ha promovido un manifiesto contra el antijudaísmo, el antisemitismo y el odio al Estado de Israel que se ha impuesto de forma devastadora y apabullante en la izquierda española.
En efecto, la izquierda socialdemócrata era más bien projudía desde la Segunda Guerra Mundial, y el único rasgo prooccidental de la progresía de Nueva York o Buenos Aires, las dos ciudades más hebreas de América, es que, por regla general, ambas son favorables a la defensa de Israel frente a los países musulmanes que buscan cómo arrojar a los judíos al mar desde la creación del Estado israelí. Al mar de los judíos, conviene recordar, porque aquel solar fue judío y luego romano durante siglos, antes de que a Mahoma se le ocurriera fundar la religión de la sumisión a Alá, que eso significa islam.
En el comunismo, o los comunismos, había diversas tendencias: el antisemitismo ruso tradicional era evidente en la URSS, y los soviéticos apoyaron a todos los países y todos los movimientos que querían destruir Israel, del mismo modo que EEUU defendía su supervivencia. Pero ha sido después del 68 cuando la admiración por el colectivismo de los kibbutzin -tan detestable como demostró la admirable pero progre Batya Gur en Muerte en el kibbutz- cedió ante la fascinación por el terrorismo que dura hasta hoy.
No hay que decir que, desde el 11-S, Bin Laden se ha convertido en un ídolo de la izquierda descerebrada y antisemita a la que estos dirigentes socialistas tratan de combatir. Si de paso criticaran la islamización o sumisión de una presentadora de TVE ante el peor de los antisemitas actuales, el iraní Ahmadineyad, mejor. Y más aún si añaden a la crítica del velo primavera-verano de la Alianza de Civilizaciones el discurso antisemita de Musharraf ante el Rey. No sé qué me gusta menos: Islamabad o Teherán.
Lo malo de este grupo de la izquierda civilizada es que hasta para defender una causa tan noble se ve en la obligación de hacer guiños innobles. Tras pedir que la izquierda salga del lodazal antisemita en que chapotea satisfecha, carga contra la derecha: «La bandera de la causa de Israel no puede quedar sólo en manos de quienes desde la derecha española pretenden ostentar la exclusividad en su defensa». ¿Quién ha pretendido esa exclusividad tan poco rentable? Me recuerdan las críticas del PSOE a la exhibición de la bandera nacional en las manifestaciones del PP. ¿Por qué no la usa el PSOE? Y si la defensa de Israel está, como dicen, al margen de ser de derechas o de izquierdas, ¿por qué ellos se inclinan ritualmente en dirección a la meca-checa progre?