Horror
Escribo esto horrorizado al leer los detalles del asesinato de Tomasso Onofri, el niño italiano de 18 meses secuestrado y asesinado "a palazos" a las dos horas de su captura.
Estoy horrorizado porque tengo una niña de la misma edad y no me cabe en la cabeza que nadie pueda hacer daño a un ser tan indefenso, tan inocente.
Horrorizado por la frialdad con la que el asesino relata que, asustado por una sirena de policía, tiró al niño al suelo y como éste comenzó a llorar, lo remató a golpes de pala para no ser descubierto.
Estoy indignado de pertenecer a la misma especie que los monstruos que hacen esas cosas. Esa misma especie capaz de hacer las mas sublimes obras de arte, las más bellas músicas, las más hermosas hazañas de humanidad...
Y sobre todo estoy asustado ante la indiferencia con que nos tomamos el horror, en esta sociedad adormecida por el bombardeo informativo.
Descanse en paz, Tomasso Onefri.