Stop killing the journalists
Las dictaduras siempre han tenido interés en limitar la libertad de expresión al nodo o boletín oficial del gobierno. Por lo que respecta a España, el Presidente de esta organización, Fernando Castelló, denunció en el periódico el País el Estatuto de Periodistas que pretende aprobar el gobierno como medio para frenar su descalabro en las encuestas. Granma, el periódico oficial del gobierno cubano, protestaba por lo antidemocrático de esta actitud (¿se imaginan? el mundo al revés).
Para las dictaduras internet supone un claro desafío, ya que abre una ventana al mundo a sus oprimidos ciudadanos que de otra manera jamás accederían a una información veraz y crítica con el poder. Así, tanto China como Cuba limitan el acceso a la web mediante diversos sistemas de censura. En España el gobierno ha colado de rondón un Real Decreto que prevé perseguir la traza de cualquier cibernavegante por internet sin autorización judicial. Es decir, ¡usted está siendo vigilado!
Sin duda, el medio más eficaz para reprimir a la prensa es mediante la amenaza y la violencia. Como algunos dictadores no pueden permitirse verse asociados directamente con la violencia contra los medios de comunicación, ya que está internacionalmente mal visto, se limitan a lanzar desde sus cómodos púlpitos las amenazas para que sus correligionarios las lleven a cabo. Así sucede en Venezuela, donde Chávez señala y sus huestes aporrean.
En la nueva España de ZP, vivimos desgraciadamente malos tiempos para la libertad de prensa. Además del citado Estatuto de Periodistas y del creciente interés por controlar la red, nos encontramos con casos de apología de la censura. El Ministro Montilla señaló en el día de ayer con su dedo acusador a la COPE como principal instigadora de la polarización de la sociedad, acusándola de incitar al odio (como siempre para la izquierda, por arte de birlibirloque, la víctima se convierte en verdugo y viceversa). Ya tenemos la respuesta de los camisas negras intépretes de las palabras del Ministro; esta mañana la sede de dicha emisora ha tenido que ser desalojada por amenaza de bomba.
Que sepan ustedes, señores del gobierno, que ni a Losantos, ni a ninguno de los 10 millones de votantes del Partido Popular, nos van a callar. Este país es tan nuestro como suyo, aunque si por aprecio se midiera les diría que sólo nuestro. Y, a los pusilánimes cobardes votantes del PSOE que se consideran españoles, y que todavía no han salido a la calle a protestar...les diré: hoy vienen a por nosotros, pero mañana, tengan por seguro, que les habrá llegado su turno...
