"Creo que en cualquier época yo habría amado la libertad, pero en los tiempos que corren me inclino a adorarla" (Alexis de Tocqueville)

sábado, febrero 05, 2005

Manifiesto por el NO desde La Cabrera (Madrid)

Reproduzco a continuación el Manifiesto por el NO a la Constitución Europea que ha elaborado una Asociación cultural de La Cabrera (Madrid)


DE LA ASOCIACIÓN CULTURAL SAN ANTONIO DE LA CABRERA A LOS VECINOS DE LA CABRERA CON OCASIÓN DEL REFERENDUM SOBRE LA CONSTITUCIÓN EUROPEA EL PROXIMO 20 DE FEBRERO DE 2005


· Convocados por el Gobierno de la Nación los ciudadanos españoles a fin de que nos pronunciemos a favor o en contra del Tratado de Constitución Europea, la Asociación Cultural San Antonio de La Cabrera considera oportuno y necesario trasladar a todos los vecinos del pueblo un juicio concreto sobre aquello a cerca de lo cual se nos pide opinión, dadas las importantes consecuencias que, para la sociedad española y para cada uno de nosotros, tiene este referéndum.

· Por eso, y una vez analizado y debatido este documento en el seno de la Asociación, solicitamos a todos los vecinos, sin distinción de credo u opinión política, que voten NO a este Tratado el próximo 20 de febrero a tenor de las siguientes conclusiones:


Primera.- La Asociación se muestra partidaria de fortalecer y apoyar la Unión política y económica de Europa. España, como parte integrante de Europa y de la cultura occidental, debe contribuir a estrechar los lazos entre las naciones europeas y a robustecer el valioso conjunto de valores culturales, sociales, políticos y democráticos que han nacido y se desarrollan en su seno. Reconocemos además los importantes pasos que se han dado hasta ahora en ese sentido para bien de todos los pueblos del viejo continente.

Segunda.- No obstante lo anterior, el Tratado que se somete a referéndum ignora por completo las raíces de las cuales han brotado este asombroso conjunto de valores, creencias, conquistas sociales y humanitarias que nos permiten, hoy por hoy, convivir en paz y en libertad. En síntesis, el Tratado reduce Europa a un gran supermercado, sin referencia alguna a los valores culturales y espirituales que la rica historia europea nos ha legado como son la herencia del mundo griego y romano, el papel del Cristianismo en nuestra sociedad y nuestra cultura o los avances de la Ilustración. Como dice el filósofo Marcello Pera: peor que vivir sin raíces es ir tirando, como sea, para sobrevivir sin futuro. Tal vez eso explique que el Tratado haya abierto la puerta a Turquía para su entrada en la Unión Europea.



Tercera.- El proceso de elaboración del Tratado ha sido claramente irregular. En vez de proceder a redactar un texto participado y consensuado entre todos, con luces y taquígrafos, se ha optado por encargar su redacción a un comité de notables (la Convención) presidido por un político de dudosa probidad y cuestionable moralidad, Giscard d´Estaing, que ha elaborado una especie de Carta Otorgada para la que se nos solicita el amén. La participación democrática ha sido, simplemente, inexistente.

Cuarta.- Además el papel político de España con este Tratado queda notablemente debilitado. Las importantes conquistas obtenidas en el Tratado de Niza, desaparecen en este nuevo escenario: España pierde peso, pierde influencia, pierde escaños y cuenta en el teatro europeo menos que nunca. No solamente perderemos a partir de 2006 los fondos de cohesión (un billón de las antiguas pesetas cada año) sino que hemos renunciado (a cambio de nada) al peso electoral que tenía España en el concierto europeo.

Quinta.- En el aspecto técnico, la Constitución que se somete a referéndum crea una inmensa y costosísima burocracia imposible de controlar y se organiza como un complicado y farragoso texto legal de 448 artículos que dificultarán, en el plano práctico y a la hora de la verdad, los avances que dice defender (conviene que sepan que la Constitución de Estados Unidos sólo tiene 7 artículos y funciona como un reloj). En cambio el Tratado es un auténtico jeroglífico, imposible de entender por los ciudadanos, lleno de palabras vacías y rimbombantes y que, para no llamar a las cosas por su nombre, se instala en el conocido como pensamiento débil renunciando a los valores universales que explican la razón de ser de Europa. Al malestar y a la falta de criterios lo llaman consenso; a la renuncia a nuestra identidad lo llaman pluralismo; a la incertidumbre y a la impotencia lo llaman futuro. Al miedo lo llaman complicidad. En fin, puro marketing, un insoportable bla, bla, bla.

Sexta.- La Constitución que nos proponen es confusa y ambigua en materia de derechos fundamentales: no garantiza explícitamente los derechos de la persona y de la familia, ni el derecho a la educación, ni el derecho a la vida. Además se delegan parcelas esenciales de soberanía y adolece de una intolerable ambigüedad creando una peligrosa maraña jurídica alejada de los ciudadanos. Nosotros exigimos compromisos claros.

Séptima.- El texto constitucional pone en peligro, por su tibieza, los grandes fundamentos que justifican a Europa: el Derecho, la Justicia, la Democracia. Esto no es alarmismo, es una certidumbre. Al suprimir las raíces, las ramas se secan. El relativismo (es decir, el todo vale) es la nueva religión y a todo aquél que defiende sus creencias le toman por fundamentalista y enemigo del sistema. Se propone a voces el diálogo pero ¿el diálogo para qué? ¿el diálogo sobre qué?. ¿No será que estamos firmando el certificado de defunción de Europa?

Octava.- El relativismo, el todo vale, es el pilar básico del nuevo texto constitucional. Y el relativismo no se traduce en tolerancia sino en rendición. Se viene a decir: la verdad ya no existe, no hay nada por lo que valga la pena luchar. Esto es lo que significa rendirse. El nuevo Tratado coloca a Europa en una burbuja, como si fuese ajena a los totalitarismos y amenazas que se ciernen sobre una sociedad global como la nuestra.

Novena.- Se ha perdido una preciosa ocasión en esta Constitución para proponer la defensa de valores como la familia, la dignidad del prójimo, la justicia o una paz sostenida por valores verdaderos. Como dice Joseph Ratzinger, Europa, justo cuando parece estar en la hora de su máximo éxito, parece vaciada por dentro, como paralizada por una crisis circulatoria, una crisis que pone en peligro su vida y que la está desfigurando. Hay una extraña falta de voluntad de futuro. Los hijos, que son el futuro, son vistos como una amenaza para el presente. No son sentidos como una esperanza sino como una limitación.

Décima.-
La crítica de las cosas, si es de buena fe y razonada, es un ejercicio muy sano y muy recomendable. Si rechazamos este Tratado que nos proponen, no pasa nada. El Tratado de Niza, que nos conviene más, mucho más, seguirá en vigor y podremos renegociar de nuevo el Tratado resolviendo las graves deficiencias y perjuicios que éste tiene. Si prospera el NO, no pasa nada.. Seguiremos en Europa –nadie lo dude- y tal vez podamos obtener una Constitución que esté de verdad al servicio de los valores de la civilización occidental, del progreso y el justo equilibrio de las naciones que la integran y al servicio, sobre todo, de las personas que pueblan este privilegiado rincón del universo que llamamos Europa.

En resumen, junto a las propuestas positivas que encierra el texto constitucional y que expresamente reconocemos, creemos que se ha perdido una gran ocasión para defender los intereses de España, por un lado, y para reforzar los valores culturales, sociales y políticos que explican que Europa sea lo que es: un espacio de paz y libertad sostenido por unas raíces sin las cuales caminamos hacia la nada.

Por todo esto le pedimos que el domingo 20 de febrero vote y que vote NO a este Tratado de Constitución Europea. Porque creemos en Europa.

Este blog no se hace responsable de los contenidos vertidos en la sección de comentarios. Las IP de las personas que participen en dicha sección quedarán recogidas en el sistema de comentarios Haloscan habilitado en la bitácora y serán puestas a disposición, si así fuere requerido, a disposición de las autoridades judiciales. Además podrán ser publicadas, pero siempre, y en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos, sin añadir ningún otro dato de carácter personal que haga identificable a la persona que ha utilizado dicha IP.