¿Es liberal ser defensor de los animales?
Anoche tuve un interesante debate en el canal liberalismo del IRC. Las posturas eran encontradas. La tesis mantenida de contrario era que los animales no podían ser sujeto alguno de derecho, puesto que no son individuos y porque ningún autor de derecho natural había defendido semejante cosa. Rothbard, Rothbard, Rothbard... Yo defendía que quién abandona a un cachorro en verano en una carretera, quién maltrata a los animales, debe ser sancionado y sentir el reproche de la sociedad. El contraargumento era que esto no era liberal, sino socialista.
Pues he estado meditando sobre el tema. El animal no es ciertamente sujeto de derecho, pero el individuo sí está sujeto a obligaciones. Lo que distingue al hombre del animal es su conciencia y la dignidad. Por lo tanto el respeto hacia los valores que le dicta su conciencia, entre los que se encuentra el valor de la vida por encima de todo, inclusive el respeto a la vida de otros seres animales, que, a pesar de no tener conciencia y actuar por instinto, sí son merecedores de que se respete su vida en la medida en que no afecte a un valor o una necesidad del individuo.
La muerte gratuita de un animal nos hace perder la dignidad y nos pone por debajo del propio animal que ni tan siquiera, con carácter general, matan por matar, si no por satisfacer sus necesidades más primarias e instintivas.
El argumento de que el derecho natural no le otorga derechos a los animales es una forma antropocéntrica de entender el mundo. Cierto es que el hombre, por las características antes descritas, es el centro de todas las cosas conocidas y titular de los derechos y libertades fundamentales. Empero, ello no significa que no existan límites a la acción humana. Por el contrario, el hombre está constantemente sujeto a límites, en cuanto su libertad puede chocar con la libertad de otros.
En liberalismo.org leo a Daniel Rodríguez Herrera defender que la naturaleza no es sujeto de derechos y obligaciones y, por lo tanto, no es merecedora de respeto. Es cierto que no los tiene. Nadie lo discute. Pero quién sí tiene obligaciones es el individuo. Y una de ellas es no perder la dignidad mediante la crueldad con los animales o limitar la posibilidad de disfrute de otros de la naturaleza, en la medida en que esté justificado.
Llevando al extremo el argumento presentado sería inimputable y hasta moralmente legitimado el caso de los salvajes que entraron en una protectora de animales en Cataluña y serraron las patas delanteras a los perros y los dejaron morir desangrados. O las peleas de animales. No, hombre, no. Una cosa es ser liberal, otra cosa es ser inhumano. El sadismo y la crueldad no son liberales. Siempre han sido la consecuencia de ideas totalitarias.
Es más ¿qué hacemos con los "nasciturus"? No serían pues objeto de ningún derecho, puesto que carecen de obligaciones y, en período temprano incluso de capacidad de raciocinio. ¡Viva el aborto! Abajo el derecho romano. El argumento de que es que es un ser humano en potencia, si me disculpan la grosería vendría a decir, que se acabó el onanismo, puesto que hay "seres humanos en potencia". O bien justificar el maltrato a los animales con el argumento de que no son seres humanos en potencia sigue sin eximir al hombre de cumplir con sus obligaciones y mantener su dignidad y respeto.
Que los socialistas y marxistas retuerzan hasta límites esperpénticos cargados de demagogia y sensiblería barata conceptos en su propio provecho, como es el caso de la defensa de los animales o la ecología, no debe llevarnos a atrincherarnos en posturas dogmáticas poco acordes con el significado del ser humano racional y, por lo tanto, con conciencia.
El sentido común por encima de todo.