Más del 11-M en El Mundo
Expulsan de España a un testigo clave del 11-M sin que declare ante Del Olmo
ANTONIO RUBIO
Rachif Taichi, más conocido en los ambientes del narcotráfico y entre los islamistas por el sobrenombre de El Chico, fue la persona que en diciembre de 2004 acompañó a Jamal Ahmidan, El Chino, cuando el terrorista llegó a un acuerdo económico con Antonio Toro y Suárez Trashorras en un restaurante McDonald's de Madrid para comprar los explosivos con los que después atentó el comando Lavapiés en los trenes de la muerte.
Rachif, El Chico, fue expulsado de España a Marruecos por la Policía el pasado mes de abril sin que el juez Juan del Olmo llegara a tomarle declaración.
La expulsión de Rachif Taichi se produjo, según consta en una providencia del juez Del Olmo, «el 1 de abril de 2005, en virtud de la sentencia dictada por la Sección 15ª de la Audiencia Provincial de Madrid».
Se da la circunstancia de que Taichi, traficante de hachís como Jamal Ahmidan, Lofti Sbai o Rachid Aglif, El Conejo, no sólo fue testigo de la compraventa de explosivos, sino que también estuvo presente en el momento en que Rafá Zouhier, en su casa y con dos copas de más, se puso a jugar con los detonadores que le habían facilitado Suárez Trashorrras y Antonio Toro, explotándole en las manos y en la cara. Zouhier tuvo que recibir asistencia médica como consecuencia de las heridas que les produjeron los detonadores.
El 19 de noviembre de 2004, con motivo de un careo ante el juez del Olmo entre Rafá Zouhier -confidente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y quien avisó del tráfico de explosivos- y Emilio Suárez Trashorras -uno de los acusados de la venta de Goma-2- ya quedó patente que en la reunión del restaurante McDonald's celebrada en Madrid en diciembre de 2004 también estaba presente un «tercer hombre» de raza árabe.
Esa declaración denuncia está recogida en la pieza separada número 3 del sumario 20/2004 que instruye el juez Del Olmo: «Rafá manifiesta que estaban él, que llegó en su vehículo, Toro, Emilio [se refiere a Suárez Trashorras, cuñado de Antonio Toro], Carmen [hermana de Antonio y en esos momentos novia de Emilio], El Chino, que vino acompañado de otra persona que no sabe quién es, que era de raza árabe. Se muestra en este momento al señor Zouhier un juego de 96 fotografías en las que no consigue identificar a nadie como la persona que acompañaba a Jamal Ahmidan».
EL MUNDO ha podido confirmar de fuentes de la investigación y de algunos de los presentes en la reunión del McDonald's que ese hombre de raza árabe era Rachif Taichi. Rachif fue apodado por su círculo de amistades con el sobrenombre de El Chico para distinguirlo de Rachid Aglif, El Conejo.
En el transcurso del careo entre Suárez Trashorras y Zouhier, el primero nunca contradijo al confidente de la Guardia Civil y asumió que a aquella reunión asistió un «tercer hombre» de raza árabe.
Fue a comienzos de abril cuando la defensa de Zouhier facilitó su identidad al magistrado de la Audiencia Nacional Juan del Olmo.
El pasado día 4 de ese mes, EL MUNDO ya publicó: «Un testigo de que Zouhier recibió detonadores saldrá de España en breve».Este periódico, incluso, señalaba: «Taichi acaba de cumplir las tres cuartas partes de su condena en España por un tema relacionado con tráfico de hachís y en estos momentos se encuentra en un Centro de Internamiento de Extranjeros a punto de salir expulsado hacia su país, Marruecos».
Y la mencionada información concluía: «Si abandona España en las próximas fechas, es muy posible que no pueda prestar declaración en la Audiencia Nacional por el tema de los detonadores y por otras cuestiones relacionadas con el 11-M, el tráfico de hachís y el grupo de Jamal Ahmidam, El Chino».
Un día más tarde, la defensa de Rafá Zouhier, mediante escrito, solicitó al juez Del Olmo una serie de gestiones para la localización de Rachif Taichi, el amigo, compañero y socio de Jamal Ahmidan, El Chino: «Se requiera a la Brigada Provincial de Madrid de Extranjería y Documentación para que suspendan la expulsión de Rachif Taichi y le sea tomada declaración a este respecto sobre las circunstancias de explosión de un detonador a Rafá Zouhier y Rachid Aglif (El Conejo)».
Treinta y cinco días más tarde, el 10 de mayo de 2005, el juez Del Olmo respondió al escrito solicitud del abogado de Rafá Zouhier con la siguiente providencia: «El escrito presentado por la representación procesal del imputado Rafá Zouhier el día 6 de abril de 2005, mediante el que solicita se requiera a la Brigada Provincial de Madrid de Extranjería y Documentación para que suspendan la expulsión de Rachif Taichi y le sea tomada declaración, únase y comuníquese a la citada representación procesal que, según consta en las actuaciones, Rachif Taichi fue expulsado el 1 de abril de 2005».
Es decir, con esa providencia el juez Del Olmo confirmaba que Rachif Taichi ya no estaba en España, que ese Juzgado no se había enterado de la existencia de un testigo fundamental en la compraventa de los explosivos que utilizó el comando Lavapiés para asesinar a 192 personas y que difícilmente el socio y compañero de uno de los jefes terroristas volverá a España para declarar en la causa del 11-M.
Pero lo más sorprendente del caso de Rachif, El Chico, es que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo tuvieron a su alcance y nunca llegaron a detenerlo por formar parte del comando terrorista que dirigía Jamal Ahmidan, El Chino.
Manuel García, el inspector que controlaba a Emilio Suárez Trashorras, y el alférez Víctor de la Guardia Civil, controlador de Rafá Zouhier, tampoco llegaron a saber nunca que Rachif Taichi formaba parte del grupo de Jamal Ahmidam y que estuvo presente en el acuerdo final de la compra de los explosivos.