"Creo que en cualquier época yo habría amado la libertad, pero en los tiempos que corren me inclino a adorarla" (Alexis de Tocqueville)

miércoles, noviembre 09, 2005

El bonolicismo del señor minijtro

Don José Bono no puede estar callado. El minijtro nos salió parlanchín y cada día nos deleita con sus opiniones. La cuestión es hablar, para que siempre le tengamos presente, y es que Bono tiene alma de artista de variedades ,lo importante es estar en el candelero. Nuestro locuaz don José es capaz de llamar gilipollas a Blair o de hacernos una disertación histórica de Trafalgar y es que el cotorril ministro sirve para todo.

La penúltima ha sido mostrar su indignación ante el hecho de que desde los púlpitos de las iglesias se haya instado a los feligreses a acudir a la manifestación del próximo día 12. No es esta la primera vez que Bono enmienda la plana a la jerarquía eclesiástica española, de hecho lo viene haciendo asiduamente, desde hace mucho tiempo.Yo me pregunto ¿No sabe nada José Bono de lo que la LOE supone para la educación de los españoles? ¿Nadie le ha informado de que las relaciones de su desGobierno con la Iglesia católica distan mucho de ser idílicas?

Es evidente que el Gabinete zapateril ha declarado la guerra a la religión católica y, cada día, ofrece buenas pruebas de ello. El trato que propone desde su reforma educativa constituye un ataque flagrante al catolicismo. No debería por tanto extrañar a nadie que la Iglesia procure defenderse de dichos ataques.

Política y Religión deberían permanecer separadas pero que nadie se llame a engaño: en ningún momento los obispos españoles han hecho política, sin embargo el desGobierno del talante insiste continuamente en interferir en el ámbito religioso. Ante esta actitud, la defensa de la Iglesia católica es una actitud perfectamente lícita y no es mínimamente criticable que se anime a los fieles pertenecientes a la Iglesia a acudir a una manifestación pacífica en defensa de sus derechos.

Piensa don José que su condición de católico, que exhibe frecuentemente con el tono populista y electoralista que le caracteriza, le autoriza a hacer juicios de valor sobre todas y cada una de las declaraciones de la Iglesia española. No estoy en contra de que Bono opine, que a pesar de mi escaso talante creo firmemente en la libertad de expresión. Ahora bien, mucho más preocupante me parece que un ególatra desmedido, convencido de que es más listo que nadie, pretenda que su opinión sea aceptada como verdad irrebatible.

Don José se piensa pluscuamperfecto y desde esta supuesta perfección juzga si las actitudes son propias de buenos o malos católicos. Las reglas son muy sencillas: si las actitudes de la jerarquía eclesiástica española entran en confrontación con los postulados del partido entonces la jerarquía eclesiástica se equivoca y actúa de forma poco cristiana. Bono se ha construido una nueva religión a su medida de la que él es el sumo sacerdote: el bonolicismo, una mezcla suigeneris de catolicismo, zapaterismo y patriotismo con especial devoción a la advocación mariana de Cortes.Además, y por supuesto, hemos de aceptar la infalibilidad de teólogo manchego que es el único que interpreta correctamente las enseñanzas de Cristo nuestro Señor. Teniendo a don José ¿quién necesita al Papa de Roma?

Cualquier día nos sorprenden creando una religión de Estado al más puro estilo chino, y sabemos bien quien estaría al frente. Sin duda Bono siempre tiene que ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro, que él es muy consciente de que vale su peso en oro.

Pues bien, el problema es que yo pertenezco a la Iglesia católica, apostólica y romana y no quiero hacerme bonólica. Mi voto siempre estará condicionado por la religión que profeso, es evidente que el del señor ministro no, ya que jamás ha alzado su voz para defender la religión que nos dice que profesa. Debieron parecerle muy bien las actitudes sacrílegas que pudimos ver en el día del orgullo gay, los proyectos de ampliación del aborto y la eutanasia y evidentemente comulga de pleno con la LOE. Obviamente debió leer una Biblia bien diferente a la que yo leí y ha de tener línea directa con Dios y la Virgen de Cortes para permitirse actuar de la manera en que lo hace.

Como católica sé que un día habré de rendir cuentas de mis actos, don José también habrá de dar cuentas de lo suyos y se verá obligado a explicar como traicionó a la Patria y al Dios que dijo que amaba.

Como siempre, para ustedes gente de bien, saluditos simiescos

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