"SÓLIDARIDAZ INTERTERRITORIAL"

Está en la Constitución y se habla mucho hoy día de ella con motivo del dichoso estatuto de cataluña.

Consiste en que las regiones ricas deben colaborar para sostener a las regiones pobres. Y así, sobre esta base se hace hoy día el cálculo: tanto recauda Cataluña en impuestos, tanto recibe del Estado... a Cataluña no le interesa sostener a las regiones pobres (Maragall dixit), etc.

Sin embargo, si rascamos un poco en este concepto, nos damos cuenta de que es mentira, o por lo menos, que es una "bonita metáfora", y me explico: Cataluña, como tal (ni Madrid, ni La Rioja) no pagan un duro al Estado. Son comunidades autónomas, entidades de derecho público, exentas de IVA y de Impuesto de Sociedades. Los que pagan impuestos son los catalanes, los riojanos o los madrileños, que no es lo mismo.

Y no es lo mismo porque uno puede pagar impuestos en Cataluña porque viva allí, o porque, viviendo en otro sitio, realiza una actividad en esa comunidad, o simplemente porque esté por allí de paso o de turismo. Y eso se considera "ingreso de Cataluña". Pero es que además se olvida una cosa fundamental: el IVA no lo pagan las empresas que facturan un producto o servicio, el IVA lo paga el destinatario final, es decir, el consumidor, es decir nosotros. Cuando compramos un producto pagamos un suplemento que recibe la empresa y que luego ingresa a Hacienda. Quiere esto decir, que cuando usted se come un donut en Cáceres, pongo por caso, está pagandole un IVA que acabará ingresando a Hacienda el fabricante con domicilio social, digamos, en Esplugas de Llobregat. Y ese IVA que Vd. paga se considera "ingreso de Cataluña", es decir, es una parte de lo que -en el lenguaje de hoy- Cataluña aporta al Estado.

Vamos ahora con lo que "Cataluña recibe del Estado", aquí también hay que distinguir, lo que recibe Cataluña como tal, es decir, la Generalidad de Cataluña (por ejemplo las subvenciones al déficit sanitario) y lo que reciben los catalanes. Y en este sentido habrá que incluir lo que cobran los funcionarios de la administración central en Cataluña, las subvenciones que cobren las empresas catalanas, las pensiones que cobran los jubilados catalanes o que vivan en cataluña, y los "pagos en especie": las infraestructuras que dependan del estado, la actuación de la polícia estatal (en las competencias que les queden en Cataluña), los servicios de AENA en los aeropuertos, las vías ferreas que dependan del Estado, y por supuesto lo que ingresan las empresas catalanas por venta de sus productos en España...

Y es que cuando una pareja se divorcia, en el convenio regulador hay que meterlo todo.

Pero en realidad, a estas alturas, a lo mejor están de acuerdo conmigo en que hablar de Cataluña como ente único que aporta o recibe del estado (incluyendo no sólo a la Generalidad, sino a todos y cada uno de los ciudadanos que viven allí) es una escandalosa falacia; yo prefiero hacer la cuenta personal, ya que los impuestos son individuales: hay catalanes que pagan mucho a hacienda, porque ganan mucho, y reciben del Estado mucho menos de lo que pagan y hay otros muchos catalanes que pagan "poco" al Estado y reciben mucho más de lo que pagan. Y lo mismo ocurre en Andalucía, en Murcia o en Asturias.

En el fondo, lo que hay es un deseo de meter a todos los catalanes (o a todos los madrileños, o a todos los vascos) en un mismo saco y hacer una cuenta común para todos, como si lo que recibe un catalán beneficiara a otro o lo que pague una empresa de mi pueblo, me perjudicara a mi, anteponiendo el colectivo a la persona.

Así que, despues de todo este rollo, y gracias a la generosidad de Anghara, ahí va mi primera proclama liberal: menos hablar de Cataluña y mas hablar de los catalanes.