El Plan Galicia de...
Esta mañana mientras escribía "No está tan mal..." reflexionaba yo que hacía semanas que no me interesaba por el estado de salud de la comunidad gallega. Esa comunidad que tras años de crecimiento y prosperidad ha decidido dar un cambio de rumbo e iniciarse en la travesía errática de ese cerrilismo decimonónico que se ha dado en llamar "nacionalismo", como si fuera el súmmum de la evolución del hombre reinventar las razas y los clanes.
La Junta de Galicia va tras los pasos del Paraíso Catalán tal como ya contaba en Rajoy Presidente en vísperas del atentado de ETA, el día 29. Unos pasos que se refuerzan en las constantes irregularidades administrativas que marcan el día a día de un ejecutivo bipartito tomado entre la falta de programas y proyectos y las aspiraciones más delirantes del nacionalismo-independentismo gallego que jamás en sus más mayores ensoñaciones alcanzó imaginar el día en que tendría en su mano el gobierno de comunidad gallega y que ahora da rienda suelta a sus más extravagantes veleidades.
Ahora, el AVE se retrasa. ¿Para qué apurarse? Y como ya hemos visto en otros comunidades antes, enfrentamientos internos: El aspirante del PSdeG a la alcaldía de Vigo, Abel Caballero, reiteró su postura de abandonar la candidatura en marzo si el Ministerio de Fomento no concreta su voluntad para que el AVE entre Vigo y Madrid llegue sin desventajas con respecto al de A Coruña.
La Sanidad, de pena: Un informe sitúa a Vigo como la ciudad de España con más listas de espera.
Y menos mal que Feijoo resiste la embestida y ha frenado una reforma estatutaria que entre otras lindezas pretendía meter aún más horas de esa neo-cosa que llaman gallego, aplazándolo hasta después de las municipales, en el que por inventar nos han hasta cambiado desde el simple "gracias" de toda la vida hasta el nombre que siempre tuvo, que fue Galicia, por un "Galiza" que no se sabe bien de dónde coño se lo han sacado.
Y así las cosas, mientras proliferan nuevos escándalos urbanísticos, los portugueses aprietan fuerte con aeropuertos más competitivos y llevándose lo que por historia y tradición nunca tendría ni que haberse planteado que se fuera de Galicia (Pescanova parte para Portugal). Vergüenza debiera darles.
La Junta de Galicia va tras los pasos del Paraíso Catalán tal como ya contaba en Rajoy Presidente en vísperas del atentado de ETA, el día 29. Unos pasos que se refuerzan en las constantes irregularidades administrativas que marcan el día a día de un ejecutivo bipartito tomado entre la falta de programas y proyectos y las aspiraciones más delirantes del nacionalismo-independentismo gallego que jamás en sus más mayores ensoñaciones alcanzó imaginar el día en que tendría en su mano el gobierno de comunidad gallega y que ahora da rienda suelta a sus más extravagantes veleidades.
Ahora, el AVE se retrasa. ¿Para qué apurarse? Y como ya hemos visto en otros comunidades antes, enfrentamientos internos: El aspirante del PSdeG a la alcaldía de Vigo, Abel Caballero, reiteró su postura de abandonar la candidatura en marzo si el Ministerio de Fomento no concreta su voluntad para que el AVE entre Vigo y Madrid llegue sin desventajas con respecto al de A Coruña.
La Sanidad, de pena: Un informe sitúa a Vigo como la ciudad de España con más listas de espera.
Y menos mal que Feijoo resiste la embestida y ha frenado una reforma estatutaria que entre otras lindezas pretendía meter aún más horas de esa neo-cosa que llaman gallego, aplazándolo hasta después de las municipales, en el que por inventar nos han hasta cambiado desde el simple "gracias" de toda la vida hasta el nombre que siempre tuvo, que fue Galicia, por un "Galiza" que no se sabe bien de dónde coño se lo han sacado.
Y así las cosas, mientras proliferan nuevos escándalos urbanísticos, los portugueses aprietan fuerte con aeropuertos más competitivos y llevándose lo que por historia y tradición nunca tendría ni que haberse planteado que se fuera de Galicia (Pescanova parte para Portugal). Vergüenza debiera darles.