Es por Madrid: la penúltima de Gallardón
Debe ser que el Alcalde de Madrid se aburre. Y cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo.
Su última ocurrencia es de traca (tan es así que parece una pepiñada): impedir a partir del año 2010 que los coches que tengan más de seis años de antigüedad circulen por el centro de la ciudad.
Que sí. Que ya sabemos que la producción automovilística está cayendo en picado y que corremos serio peligros de deslocalización de las empresas automovilísticas asentadas en España. Cosas de la globalización -y de las tasas, aranceles, impuestos...-. Que también sabemos que es usted una de esas personas con complejos que se someten a cualquier estupidez que se le ocurra al ecolojeta de turno.
Pero hombre, prohibir circular por Madrid al currito de turno llegado desde, por ejemplo, Getafe... ¿no cree que es pasarse? ¿Acaso en las revisiones obligatorias de la ITV no se controla la emisión de gases del coche?
Esta elitista medida, digna del más insigne socialista, no va a afectar al Alcalde, que para eso viaja en coche oficial. Ni a Polanco, que para eso está forrado. Ni a las Koplowitz. Ni a los demás ricos que viven en la Villa y Corte.
Va a afectar, y mucho, a quienes tienen menos recursos y no pueden permitirse andar cambiando de coche cada vez que al señor Alcalde se le ponga en las narices.
Señor Gallardón, se ha pasado.