Culebrones de verano
¡Ay el verano! Como no hay mucho que hacer, hay que enredar. Que se lo digan al que fue Ministro de Industria, Exteriores y Portavoz de los Gobierno de José María Aznar.
Ayer va Don José y se nos descuelga con unas declaraciones en las que viene a decir que el PP debe pegar un giro al centro. O lo que eso significa: renunciar a sus convicciones. Y además dice Don José que a él Zaplana y Acebes, el Portavoz parlamentario y el Secretario General de su partido, psé. ¿Quién es Piqué? Porque a mí Piqué, psé.
Digo yo que a Zaplana y a Acebes y a todo el equipo se les debe la recuperación en intención de voto con respecto al 14-M. Lo que yo me pregunto es qué tal va la cuenta de resultados del candidato catalán. Porque en Cataluña y Andalucía se perdieron las Generales. No están sus presidentes regionales como para dar lecciones a nadie. Vamos, creo yo.
Según el jefe de la sucursal de CiU en Cataluña Acebes y Zaplana, son el "pasado" (ni que fueran prehistóricos: son tan pasado como él. Y menos pasado que Rubalcaba, inspirador de ideas y portavoz de los GAL). Es que el futuro, ya saben, debe de pasar por el discurso del pensamiento único que tan bien representan algunos.
Salió Don Mariano al filo del telediario (esto para los que se preguntan por qué tardó tanto: Elorriaga estuvo pensando y decidió que "para el telediario". Lo cual no es malo. El PSOE suele hacer lo mismo) emitiendo un comunicado que, qué quieren que les diga, jamás había leído yo algo así. De una contundencia absoluta. Vamos, que más claro no se lo ha podido decir a los aventureros de la derecha cainita o a los sumisos al poder de Don Jesús del Gran Poder.
Lo de que en el PP no caben los personalismos ya lo había leído yo en declaraciones durante el Congreso en el que se eligió a Rajoy como Presidente.
Como dicen por aquí, van dos avisos. Al tercero ¿a toriles?
Pues qué quieren que les diga, es cierto. Al PP no le vendría nada mal una "renovación", pero de ideas. Decidirse por fin a dar la batalla ideológica a la izquierda en todos sus frentes. 
A ver cuándo se entera la pareja Gallardón-Piqué que los que son el pasado son ellos. Al menos para muchos de los que votamos al PP, que queremos un PP fuerte, con convicciones y sin obras faraónicas, subidas de impuestos o listillos que enredan en el típico "quítate tú que me pongo yo".
Zaplana responde desde las páginas de Elconfidencial: "Si se trata de hablar de centro, hablemos de centro: para ganar en Valencia y sacar el 52% de los votos lógicamente hay que ser del centro o hacer políticas de centro, porque en otro caso no ganas, pero cuando sacas el 12% en Cataluña.... Dice Piqué que yo soy el pasado: Bien: yo he estado dos años de ministro; él ha estado la módica cifra de ocho, de modo que en los próximo maitines le preguntaré por qué yo soy el pasado y no él... No es una cuestión de ideología, sino de talante personal. Lo que puede ser es que después de haber sido ministro de Aznar, por muchos errores que haya cometido, salgas y digas que esto es el pasado."
Acebes respondió ayer mismo y manifestó sentirse orgulloso de los Gobierno de Aznar, al tiempo que pedía a Piqué no caer en la estrategia de división puesta en marcha por Ferraz.
Y digo pareja, en relación con el culebrón veraniego, porque estoy convencida por lo que le oí ayer a Jesús Cacho (minuto 9 en adelante en este audio) ayer en La Mañana de COPE de que el "hacedor de zanjas" no anda muy lejos del asunto. El mismo que presentó a su holograma a un Congreso Regional frente a Aguirre y no sacó ni los avales para presentar la candidatura de Cobi. Ni él, ni Rubalcaba.
En fin. Yo lo tengo claro. Si alguien representa el pasado son precisamente los Gallardones y Piqués, representantes de la derecha cainita. Por eso este duo le mola al de PRISA. Porque desguazarían el PP en dos meses y consolidarían al PSOE durante 20 años.
Por eso a los progres les interesa más este duo que Acebes o Zaplana que lo tienen claro.
Piqué acaba de pedir disculpas en La Mañana de la COPE. Como siempre, es que no se le ha entendido bien. Yo creo que se le ha entendido perfectísimamente.
