Diálogo de civilizaciones
Por Carlos Esteban (Semanario Alba, nº 41)
Anoche tuve un sueño. Dialogaban un inmigrante musulmán y un europeo.
- Creo que hay un solo Dios y Mahoma es su profeta. ¿En qué crees tú?
- Creer, creer... Yo no hablaría de "creer", es una palabra muy fuerte. Digamos que estoy por la tolerancia. Vamos, que me parece perfecto que creas eso que dices...
- ¿Y en qué crees tú, para que vea si puedo tolerarlo?
- Ya estamos otra vez con esa palabra... Soy un firme partidario de la diversidad, sí.
- ¿Diversidad de creencias? Bueno, veamos en qué eres diverso de mí, dime qué te parece bueno y qué encuentras malo...
- La libertad. Desde luego, estoy por la libertad.
- ¿En general? Pero querrás hacer algo con la libertad, necesitarás conceptos de bien y mal para practicar esa libertad...
- El bien y el mal son subjetivos, no absolutos; lo que hoy puede parecer malo... ¿Adonde vas?
- Me has dicho ya todo lo que quería saber. Habláis de alianza de civilizaciones, pero no puede haber alianza, ni diálogo, entre un credo y una mera duda, entre una fe y un vacío, entre una afirmación y una interrogación. Decís que despreciamos la muerte porque un puñado de los nuestros se inspiran en nuestra fe para morir y matar. Pero vosotros despreciáis la vida. Los más radicales entre los nuestros justifican matar a los infieles, pero vosotros matáis a vuestros propios hijos en el seno de su madre y ahora estáis maquinando leyes para matar también a vuestros padres. Consideráis pueril mi fe, pero vosotros os mantenéis en una perpetua adolescencia que os lleva por la vida como plumas a merced del viento. No tenéis hijos; ¿cómo podéis pensar que sois el futuro? Os creéis casi omnipotentes porque tenéis tecnología, riqueza, sofisticados sistemas. Pero todo eso son juguetes que podemos heredar. Estáis vacíos, estáis huecos.
No quiero perder el tiempo hablando con un cadáver.