"Creo que en cualquier época yo habría amado la libertad, pero en los tiempos que corren me inclino a adorarla" (Alexis de Tocqueville)

martes, mayo 30, 2006

Discurso Mariano Rajoy en el Debate sobre el estado de lo que sea

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Ha estado genial. Ha sacado a ZP de su letargo, un ZP que ahora anda balbuceando no sé qué cosas. Bueno sí, las de siempre: la culpa de que ZP sea la nada es de ... Aznar.

En breve supongo que la réplica de Rajoy.

Extractos del discurso de Mariano Rajoy.


Si es con este fin, el Partido Popular, como firmante del Pacto por las Libertades, y en coherencia con el mismo apoyará al Gobierno. Debe quedar bien entendido, como señala el citado Pacto por las Libertades que de la violencia terrorista no se extraerá, en ningún caso, ventaja o rédito político alguno.

De acuerdo con ello, el Partido Popular no prestará su apoyo a ninguna clase de negociación que tenga como objeto pagar un precio político bien sea a ETA, a sus cómplices o a sus sostenedores. ETA debe perder toda esperanza de lograr ni uno solo de los objetivos por los que ha estado matando, entre otros la autodeterminación yla anexión de Navarra.


Este Gobierno que adora los experimentos y es tan suficiente que no hace caso de las advertencias de la Unión Europea y ni siquiera del sentido común, pensó haber descubierto una varita mágica con aquellaley que ofrecía papeles para todos. Se nos dijo que España era la envidia de Europa por la regularización masiva de inmigrantes.
El resultado ha sido, como advertimos, una gran convocatoria, un efecto llamada ecuménico, una entrada de inmigrantes anárquica,incontrolada e insostenible. En este momento hay en España más de 1.300.000 personas en situación irregular, buscándose la vida. Esos que laseñora Vicepresidenta dice eufemísticamente que están en fase de
repatriación.
Señorías mejor será que abordemos este drama en serio y coneficacia. Necesitamos a los inmigrantes pero es preciso que lleguen demanera ordenada y legal. Esta situación es insostenible y cuanto más se tarde en actuar más costoso resultará para todos. Nosotros estamos dispuestos a prestar toda nuestra colaboración pero ha de mejorar la manera de hacer las cosas. Ni siquiera se sabe, por ejemplo, cuántos ministerios llevan al alimón este problema y a quién le corresponde la responsabilidad de esta tarea: ¿al señor Moratinos, al señor Rubalcaba, al señor Caldera, a la señora de La Vega? ¿Hay alguien al mando tan siquiera?


Me he entretenido en este apartado algo más de lo que el debate permite porque la historia de este fracaso me parece el mejor ejemplo de cómo actúa este Gobierno y que se resume en cuatro rasgos. Primero: no se acuerda de las goteras hasta que se inunda la casa. Segundo: alborota mucho con sus grandiosas disposiciones huecas, sus planes especiales, sus viajes, sus fotos, sus comisiones de expertos y sus presupuestos extraordinarios, pero no aplica más que parches. Tercero: se echa la siesta, es decir abandona el problema porque tiene que atender otras cosas, tales como enredar con la Constitución o perseguir al PP. Cuarto: al final deja todo mucho peor de lo que estaba. Cada vez que el Gobierno tiene una inspiración, se repite esta secuencia.


En materia educativa, lo más destacado de la gestión del Gobierno consistió en derogar la Ley de Calidad de la Enseñanza y sustituirla dos años después por una Ley que tuvo menos consenso que la anterior, echó a la calle a millones de personas y terminó con la Ministra cesada al día siguiente de su aprobación.


Como es sabido, nuestra nueva doctrina diplomática defiende un multilateralismo ecumenista, el populismo revolucionario y la Alianza de Civilizaciones. A nadie se le oculta que estas amenidades retratan a un gobierno que se considera absolutamente prescindible en el plano internacional. Ese es nuestro caso. Somos ya tan prescindibles que, a poco que el señor Zapatero se esfuerce, logrará que nadie cuente con nosotros. Señorías, puedo asegurar que lo he intentado con mi mejor voluntad, pero no consigo descubrir rasgos positivos en esta política internacional cabizbaja y errabunda, que por primera vez, desde que nació esta democracia no recibe del Gobierno el respeto que merece una tarea de Estado.


Sea porque el señor Zapatero vive cautivo de los nacionalistas, sea porque piense que así perjudica más al PP, sea por lo que fuere, que no hace ahora al caso, lleva dos años intentado desbordar el dique de la Constitución y desfigurar eso de lo que ahora estamos hablando: la Nación.

No nos ha explicado qué se propone, no sé si porque no lo tiene claro o porque lo tiene tan claro que no se atreve a confesarlo. El caso es que llevamos dos años percibiendo los guiños que nos
hace el Gobierno sobre lo discutible del concepto nación, de la forma del Estado, de la idea de España, del consenso constitucional y aún de la propia Constitución. Todo se ha vuelto elástico de repente, todo está en revisión, como si todo se pudiera cambiar. ¿Por qué hay que cambiarlo? ¿Quién ha dado permiso? ¿Qué vamos a ganar?... No se sabe. Lo único que confiesa el señor Zapatero es que ha propiciado una nueva forma de autogobierno sin tener que emplear ninguna cirugía constitucional. Esto, en román paladino significa que está desguazando la Constitución disimuladamente. Eso ya lo sabíamos. Que no quiere consultarlo con los españoles también lo sabemos porque se lo hemos pedido con el aval de cuatro millones de firmas y se niega.


España es una nación de ciudadanos, es decir, de voluntades individuales. Solamente votan los ciudadanos. Solamente participan y definen el proyecto común de convivencia los ciudadanos. Ni las tierras ni las comunidades ni las lenguas ni las historias particulares: los ciudadanos y punto.


Este es el principal logro del señor Zapatero, el cambio más significativo en el estado de nuestra nación. El Presidente del Gobierno ha fracasado en su principal responsabilidad que es sembrar certezas, seguridad y confianza que estimulen las iniciativas de los ciudadanos en vez de paralizarlas. Sin duda, Señorías, hemos conocido tiempos mejores, más armoniosos, más fructíferos, más esperanzados.


Y con esto Señores pasamos a la que considero segunda conquista del señor Zapatero: haber sembrado la discordia entre los españoles. Una actividad en la que ha puesto todo su empeño.

No lo sé con seguridad. No sé si es su nostalgia de la Segunda República o una simple pose de quien, tras la quiebra del paraíso socialista del futuro se refugia en el pasado. No lo sé. El caso es que se ha empeñado en resucitar tensiones que no existían antes de su llegada al Gobierno. Son mérito suyo.

Yo creo con firmeza que ni el PSOE de hoy ni el PP, ni ninguno de los grupos que hoy se sientan en esta Cámara, tenemos nada que ver con lo que fueron los bandos contendientes en una guerra de hace 70 años.

Nada que ver, afortunadamente. La nuestra no es una sociedad de grupos estancos, incomunicados, impermeables, sino todo lo contrario. Estamos todos muy mezclados, Señorías, muy mezclados. Esa es mi convicción. Por eso pienso que sería estúpido hacer un concurso para ver de qué bando procede la familia de cada uno de los aquí presentes. No seré yo quien fomente esa frivolidad irresponsable. No me interesa. Los españoles no me han puesto aquí para sembrar cizaña y yo ni la voy a sembrar ni consentiré en silencio que la siembre nadie. Lo único que me interesa es que, en 1978, toda España tomó la senda de la reconciliación, selló las puertas del pasado y decidió caminar hacia un futuro de convivencia solidaria y en paz. Hasta ahora, Señorías, lo habíamos logrado. ¿Qué quiere decir hasta ahora? Exactamente: hasta que llegó al Gobierno el Señor Rodríguez Zapatero


Señorías, los españoles, piensen como piensen, no necesitan el reconocimiento de nadie para saber si tienen sitio en la democracia o no se les consiente. Los españoles somos españoles, todos iguales, todos legítimos, todos en plenitud de nuestros derechos. Todos somos conciudadanos. ¡Hermosa palabra, Señorías! Llamamos conciudadanos a los miembros de nuestra sociedad en plenitud de derechos. Llamamos conciudadano a quien merece que se respete su libertad.

La esencia de la democracia no es la cintura, Señorías. Los principios distintivos de la democracia son la libertad y la igualdad. Especialmente la libertad y la igualdad de los demás. La libertad y la igualdad de quienes no piensan como nosotros. Esta es la misión primordial del Estado: proteger la libertad y la igualdad. Esto es lo que debe garantizarnos el Gobierno: la libertad y la igualdad de las personas, de modo que por encima de nuestras ideas, denuestra raza, de nuestra religión o de nuestra lengua, todos podamos sentirnos conciudadanos.


Tengo pocas convicciones, Señorías, pero esas pocas son muy firmes. Una de ellas es que esta España del siglo XXI, estos cuarenta millones largos de personas que madrugan cada mañana, que se afanan por salir adelante, por mejorar su situación, por abrir camino a sus hijos..., este enjambre laborioso que es España, tiene uno de los mejores equipos humanos del planeta. Dispone también de todos los instrumentos materiales que necesita. Y no le faltan las oportunidades. Sin embargo, se nos muestra perpleja y desconcertada, como si le hubieran amputado las ambiciones y la alegría.

Ocurre que España está en unas manos que se aferran con ardor al timón de gobierno pero que, a la hora de la verdad, no quieren o no pueden o, simplemente, no saben gobernar y desgobiernan. Por fortuna, esta situación es meramente temporal. Ni siquiera será larga. Necesitamos un Gobierno que haga las cosas como es debido lo cual no es tan difícil como algunos parecen entender- , encierre la discordia, se tome en serio las cosas serias, y nos haga recuperar la confianza.

Entonces España ocupará el puesto que le corresponde entre los más grandes. Que nadie lo dude, señorías. Ocupará el puesto que le corresponde entre los más grandes porque lo quiere, porque está en su derecho y porque de eso, además, nos encargaremos nosotros.


Actualización

Luego os cuento por qué extracto también este párrafo. En cuanto esté la réplica la subo entera.


Es obvio, también que el hecho de que se inicie esta verificación no significa que se suspenda ninguna de las funciones del Estado de Derecho, especialmente las que corresponden al Fiscal General del Estado y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ni que pierda su vigencia la Ley de Partidos Políticos, en consecuencia Batasuna no podrá presentarse a las elecciones mientras no cumpla los requisitos establecidos en la Ley.


La alusión a los militantes del PP detenidos ilegalmente según sentencia llegó tras las quejas de las bancadas socialistas por la alusión a manifestaciones.

Actualización
Vídeo con la intervención de Rajoy (primer discurso)

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